Viajar siempre ha fascinado al hombre desde que el mundo es mundo. Durante siglos, cientos de viajeros han dejado testimonio de sus viajes por escrito, para el disfrute de generaciones posteriores. Y ahora que se empieza a vislumbrar el buen tiempo y el verano, somos nosotros los que nos ponemos en la piel de los grandes viajeros de la Historia y empezamos a preparar nuestros viajes. Los más intrépidos buscan la aventura en paraísos remotos y lejanos, deseosos de dejar atrás la rutina del día a día. Otros, sin embargo, prefieren la cercanía para su cambio de aires, anhelando los bien merecidos paseos por el campo, chapuzones en el mar o noches tranquilas hasta las tantas con la buena compañía de un libro, un buen vino y un puñado de amigos. Para los primeros, desde Libros y Literatura proponemos una lista de diez libros que te harán viajar muy lejos y que, quizá, os inspiren para realizar ese viaje que nunca os atrevisteis a hacer. Porque como dijo Emily Dickinson, “para viajar, no hay mejor nave que un libro”.
Ébano, de Ryszard Kapuscinski. Considerado como uno de los libros de viajes por excelencia, narra la experiencia del autor como corresponsal en África durante más de tres décadas. Kapuscinski quedó fascinado por el continente negro, en el que asistió durante años a infinidad de golpes de Estado, conflictos políticos y guerras, pero donde también encontró unos seres humanos cuya verdadera historia también tenía derecho a ser contada. La labor reporteril del escritor polaco le valió infinidad de reconocimientos y galardones, entre ellos el Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades en 2003, dejando para la posteridad obras como Ébano, que debería ser de lectura obligada no solo entre los estudiantes de Periodismo y Comunicación, también para cualquier persona que quiera conocer más a fondo la realidad africana y mundial que se vivió en la segunda mitad del Siglo XX.
Hacia rutas salvajes, de Jon Krakauer. Este impactante relato publicado en 1996 está basado en la vida de Christopher McCandless, un joven californiano que tras terminar sus estudios decide viajar por los Estados Unidos con el pseudónimo de Alexander Supertramp. Su deseo de vivir alejado de la civilización le hizo llegar a Alaska, donde vivió unos meses en contacto directo con la naturaleza, anotando todos sus progresos en un diario. A finales de agosto, su cuerpo fue encontrado sin vida dentro de su furgoneta, con evidentes síntomas de inanición. En 2007 se estrenó su adaptación cinematográfica, dirigida por Sean Penn, todo un éxito de crítica y público que también aupó al libro de Krakauer a las primeras listas de ventas más de diez años después.
El leopardo de las nieves, de Peter Matthiessen. En 1973, el escritor Peter Matthiessen decide acompañar al zoólogo George Schaller a una de sus expediciones. ¿El objetivo? Estudiar los hábitos de comportamiento del cordero azul himalayo en la aislada Montaña de Cristal, en el Tíbet. Pero el verdadero motivo era otro, la posibilidad de ver en su hábitat a uno de los felinos más difícil de ver, el gran leopardo de las nieves. Matthiessen crea uno de los relatos de viajes más bellos jamás escritos, donde muestra las innumerables dificultades que tuvieron que pasar para llegar a la mágica tierra del Dolpo tanto él como el resto de la expedición. Un viaje no solo físico, también mental, hacia una tierra donde la espiritualidad y la belleza rigen una forma de vivir muy alejada de los cánones occidentales. Una tierra que cambió a Matthiessen, y que sería capaz de cambiar a todo aquel que pudiera hacer un viaje igual de cautivador.
Atlas de islas remotas, de Judith Schalansky. Si alguien quiere alejarse de la civilización, no hay mejor lugar que una isla remota. El mar hace de barrera invisible para olvidarse de todo, prejuicios incluidos, y vivir en un mundo casi virgen, poco machacado por la siempre destructora mano del hombre. En este precioso libro, Judith Schalansky nos propone cincuenta islas alejadas del continente; lugares que no suelen aparecer en las guías turísticas y a las que es más que probable que ninguno de nosotros podamos ir nunca. Pero que existen y sobreviven a miles de kilómetros de tierra firme; lugares como Tristán de Acuña o Santa Kilda, que tienen una historia que contar e imágenes que ofrecer al mundo y que gracias a su autora hoy encontramos a solo una librería de distancia, con la bella edición conjunta de Nórdica y Capitán Swing.
En la Patagonia, de Bruce Chatwin. Siempre que se menciona a Chatwin, se le atribuye el mérito de haber cambiado el modo de narrar la literatura de viajes. Sea cierto o no, lo que nadie duda es que dejó para la posteridad el retrato de esa hermosa y vasta tierra perteneciente a Argentina y Chile llamada Patagonia. El escritor inglés nunca olvidará el regalo que hicieron a su abuela cuando él era pequeño, un trozo de piel de dinosaurio encontrada en una cueva patagónica. Años después, cumple su sueño de ir a aquella región a buscar la ansiada cueva. Por el camino, deja constancia de las pequeñas historias que pueblan aquella bella y lejana tierra. Se ocupa de sus gentes, su fauna y flora, y de su historia pasada, ofreciendo un relato a medio camino entre la realidad y la ficción que cautivó a multitud de lectores.
En el camino, de Jack Kerouac. Otro de los grandes clásicos del género y probablemente una de los libros más influyentes del Siglo XX. Esta novela autobiográfica narra los viajes del autor y sus amigos por los Estados Unidos a finales de la década de los cuarenta, a través de la mítica y siempre evocadora Ruta 66. La generación beat la consagró como su obra definitiva, y con sus Cadillacs y Dodges como medios de transporte, con este magnífico libro conocimos la América más underground, auténtica y fuera de todo modelo de comportamiento. Es En el camino el retrato de toda una generación de adolescentes y a la vez un relato lleno de alcohol, orgías y drogas, los mismos vicios que acabaron con la vida del autor cuando apenas había cumplido 47 años, y cuya prematura muerte le elevó a los altares de la narrativa norteamericana.
El azar y el destino, de Cees Nooteboom. Cualquier país iberoamericano tiene una capacidad de atracción tan grande que enamora a cualquier viajero que osa poner los pies en su sagrada tierra. El escritor holandés Cees Nooteboom lo sabe muy bien, pues lleva casi medio siglo recorriendo sus lugares más recónditos y conociendo el modo de comportamiento de sus gentes. Desde sus primeros viajes al virgen territorio de “Las Guayanas”, el autor neerlandés ha dejado constancia en sus escritos el amor que le profesa a esta tierra, dando después el salto a países como Brasil, México o Colombia con idéntico resultado. En este 2016, la editorial Siruela edita todos sus pensamientos y apuntes que tratan de radiografiar la historia y el modo de vida de sus pobladores, que en poco más de tres siglos han vivido la conquista, la descolonización, la libertad y la opresión más absoluta.
Amanecer en el sudeste asiático, de Carmen Grau. Antes de que este trozo de tierra se pusiera de moda como destino turístico, hubo gente que supo captar el potencial de esta región. Una de ellas fue Carmen Grau, cuando a inicios del año 2000, decidió dejarlo todo y abandonar su Barcelona natal para pasar ocho meses viajando por Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya, Birmania, Hong Kong, Malasia, Sumatra (Indonesia) y Singapur. Su equipaje, una única mochila con lo imprescindible, que terminaría el viaje cargada de experiencias. Tras conocer a fondo su estilo de vida, su gastronomía, sus lugares sagrados y conocer a un sinfín de mochileros de todo el mundo, volcó su conocimiento en este libro, un éxito de ventas en Amazon durante años. Y es que todo viaje cambia siempre un poco la forma de ver la vida del viajero, pero en este caso, el cambio experimentado fue radical.
Estampas de Italia, de Charles Dickens. Vale, lo reconocemos, Italia puede ser catalogada de muchas maneras como destino turístico, pero no encajaría dentro de los denominados países exóticos o lugares remotos. Pero una joya literaria así también merece estar en nuestra lista. Y es que de pocos es sabido la existencia de este libro de uno de los grandes de la Literatura universal. El autor inició en 1844 un viaje por varias ciudades italianas, partiendo desde Génova. Italia tiene la capacidad de asombrar a cualquier viajero, pues no hay esquina o rincón de su geografía que no tenga una historia de varios siglos a sus espaldas. Ese mismo asombro padeció Dickens al descubrir el bello país lleno de contrastes que tan poco se parecía a su Inglaterra natal, y que dejó plasmado en este relato colorista lleno de vida, como homenaje a sus gentes.
El sueño de África, de Javier Reverte. Si hablamos de novela de viajes en España, a todos nos sale en primer lugar el nombre de Javier Reverte. Y todos los que conocemos su obra, sabemos la gran fascinación que siente el autor madrileño por el continente africano. Viajero incansable, ha conocido multitud de países, pero han sido sus viajes por África los que más reconocimiento personal y profesional le han proporcionado. El sueño de África es el primer volumen de su célebre Trilogía de África, la primera toma de contacto con el continente negro al que tantas veces ha vuelto y que ha dejado constancia también en otros libros como Colinas que arden. Lagos de fuego. Javier Reverte utiliza sus viajes por Uganda, Tanzania y Kenia no solo para hablar de sus actuales pobladores, sino para hacer también un repaso a su historia más reciente y como homenaje a los primeros exploradores que descubrieron el potencial humano y emocional de esta tierra siempre tan olvidada y masacrada, pero adictiva hasta el extremo.