Amordiscos

Amordiscos, de Moni Pérez

Hoy es San Valentín, el día del amor, el día en el que los enamorados se dicen que se quieren, se besan en los labios, en los ojos, en las orejas frías por el temporal que hace fuera, para tener calor dentro de las sábanas. Hoy es el día en el que los corazones rotos pueden romperse un poco más, para después vendarse con los abrazos de algún ser querido. Hoy es un día que tiene mucha fuerza, tanta como todos nosotros queramos darle. Hoy es ese día en el que el amor parece recubrir todos los escaparates, todas las tiendas, todas las calles se visten de rojo, incluso nuestra librería online para celebrar, pero celebrar ¿el que? Pues eso lectores, un día en que el corazón puede bombear más deprisa. Pero también es un día para recordar que todos los días tenemos a alguien al lado al que poder decir, simplemente, te quiero. 

¿Recordáis lo que es estar enamorado? ¿Recordáis lo que es, simplemente, mirar a los ojos de alguien y saber que ese es el lugar exacto en el que queréis estar? Sin palabras, sólo con una imagen, y sin colores, solo el blanco y negro de las películas clásicas, con un leve color rojo de fondo. Ese es el amor compañeros, y éste es también uno de vuestros libros.

En un rincón de nuestro cuarto, en las bolsas de la compra, en una cafetería mientras bebemos nuestra bebida favorita, regando una planta y viendo como crece, no sólo por fuera, sino también por dentro, un corazón que se entrega, otro que es devuelto en mil pedacitos que hay que recomponer, al que hay que poner tiritas para que no vuelva a desprenderse. Y una búsqueda, ese es el misterio del amor, una búsqueda incesante. Un puzzle que componer con una pieza que falta, o quizá no falte y en realidad siempre haya estado ahí, esperándonos, o intentándose hacer ver mientras nosotros no teníamos las gafas adecuadas para verlo, o las teníamos demasiado empañadas para fijarnos en los detalles y no en lo global. Una pared blanca que necesita ser pintada por nosotros, para crear algo nuevo, algo distinto, ni mejor ni peor, sólo distinto, que nos haga cambiar, que nos haga ser mejores, sin olvidarnos de quien somos, sin olvidarnos de quien es la otra persona. Y un color, un color que se repite en todos lados, un color que parece hecho a la medida de nuestras expectativas. Ése en el que todos estamos pensando.

Un amor comido “Amordiscos”, del que nos alimentamos sin a veces pretenderlo, sin incluso quererlo, pero que hoy parece que se respira más que nunca. Un día como otro cualquiera, como ayer o mañana, pero que es especial, aunque echemos la vista para otro lado. “Yo no quiero enamorarme” dirán algunos, “yo estoy bien tal como estoy” dirán otros, “yo lo único que necesito es el amor de mis amigos” dirán aquellos, y tendrán también razón, porque hoy puede ser el día de los enamorados, del amor, pero no sólo de un sentimiento de pareja, sino a nosotros mismos, aquel con el que convivimos cuando nos levantamos, cuando caminamos bajo un paraguas por las aceras, cuando nos sentamos en nuestro trabajo, observando como las horas pasan, incluso un amor a nosotros mismos cuando nos sentamos, en el mismo bar de hace un rato, a beber ese mismo café pero para saborearlo a nuestro antojo, siendo nuestra necesidad, nuestro momento de querernos del día.

Recordad, hoy es San Valentín, hoy es un día para quererse. Si tenéis pareja, queredla como lo hacéis cada día, a cada hora, a cada minuto, todos los días del año. Y si no la tenéis, mirad en el espejo, allí, quizá agazapado intentando hacerse ver, podréis ver a esa persona que lleva tiempo queriendo escuchar lo mismo que un enamorado, ese te quiero tan vital que nos da fuerzas para enfrentarnos a otro día nublado, para convertirlo en un día con sol.