Anna Karénina

Anna Karénina, de Liev Nikoláievich Tolstói

Cuando era pequeña vi una película de Anna Karénina, una versión americana de 1961, supongo que la misma que muchos de ustedes habrán visto, aquella en la que el papel de Vronsky lo encarnaba un joven Sean Connery. Así que es comprensible que de más mayorcita me interesase por esta obra de Tolstói, en casa de mis padres había una edición muy antigua, también teníamos una de Guerra y Paz, pero esa, de momento me interesaba mucho menos.

Aquella edición, no recuerdo por quién estaba traducida pero me sonaba un tanto extraña, y no muy fácil de seguir y comprender para una cría como yo. El libro era una de esas ediciones en papel cebolla y con letra diminuta, mi vista, que nunca fue especialmente buena, sufría terriblemente, pero pronto me adapté, no a al tamaño sino al sufrimiento. Recuerdo que no necesité en aquel momento una lista de personajes, es lo que tiene la juventud inmensa…

Hoy, al tener en mis manos esta nueva edición de Alianza editorial con su lista de personajes y su papel recio, (no como aquel de “biblia” de mi libro familiar), y su letra apta para una vista normal,  ha hecho que me diesen ganas de releer este libro, porque lo recuerdo con cariño y porque al tenerlo en mis manos y empezar a leer su célebre comienzo:

“Todas las familias felices se asemejan; cada familia infeliz es infeliz a su modo…”

Es imposible no acomodarse en el sillón y proseguir con la lectura y dejarse llevar por esta obra que está considerada por el propio autor como su obra cumbre, por los expertos en estas cosas de la literatura como una de las obras más relevantes de la literatura universal y desde luego uno de los máximos exponentes del Realismo.

No voy a decirles de qué trata esta obra de miiiiiiiiiiles de páginas, pero sí les diré que si quieren conocer aquella vieja Rusia en la que se movieron Tolstói y los grandes autores como él, deben leerla, ya que a través de las ocho partes en que está dividida, conocerán a multitud de personajes de todos los extractos sociales, pero lo que es más importante, podrán ver lo que piensan y lo que sienten.

Es así, leo y releo a Tolstói y me doy cuenta de que sus personajes pueden llegar a estremecer al lector ¡Cuánta sensibilidad para hacer la más voraz de las críticas sociales!

“Le disgustaba la vida salvaje, según ella, que el joven llevaba en el pueblo, donde no trataba más que con animales y campesinos…”

Un libro en el que encontrarán frases referentes a todo, porque todo está contendido en él…

Es curioso cómo un hombre como Tolstói se preocupa por la mujer, por lo que es, por como piensa. Cómo llega a ser capaz de hacer ese retrato interior de Anna Karénina…

“La mujer no tiene derechos por la insuficiencia de su instrucción, y su insuficiencia de instrucción procede de su falta de derechos. No olvidemos que la esclavitud de la mujer es algo tan arraigado y antiguo que a menudo no queremos comprender el abismo que nos separa de ellas”

Si Dostoyeskvski y Nabókov dijeron en su día que este libro era una “obra de arte” ¿Qué más podría añadir yo? Nada. Animarles a que la lean y verán que no es ese folletín rosa a la que algunos han querido reducirla, que hay amores y pasiones, desamores y odios ¡Claro! Porque lo que hace Tolstói es trasladarnos la vida en todas sus dimensiones trazando con la máxima perfección el perfil psicológico de todos los personajes, y de sus actos, aunque en ningún momento verán ningún juicios de valor, Aunque sí es cierto que el autor pone en boca de Levin ideas políticas y religiosas que coinciden plenamente con las suyas. Ideas que trascendieron de los libros a su vida privada, como si plasmarlo por escrito hubiese puesto en valor y dado solidez a sus pensamientos, más tarde recogidos y adaptados por otros grandes hombres y pensadores como Gandhi y Luther King.

Una obra de 1877 que sigue siendo una novela joven. Es lo que tiene esta forma tan profunda de narrar, los seres humanos creo que hemos evolucionado pero en el fondo no cambiamos tanto.

Creo que Tolstói siempre llevó al extremo sus pasiones y así, un día decidió dejar los lujos y vivir con los campesinos, (recordemos que provenía de una familia de origen noble), pero no pidió a su mujer ni a sus trece hijos que lo siguiesen, siguió viviendo con ellos, aunque en la mayor parte de los días ni tan siquiera iba a dormir a casa. Fundó en la aldea una escuela para los hijos de los campesinos y se hizo su profesor, autor y editor de los libros de texto que estudiaban. Parece que llegó a crear una pedagogía cuyos principios eran el respeto a ellos mismos y a sus semejantes… Y leo todo esto y veo sus sueños cuando escribía la obra de la que les estoy hablando:

“- ¿Pero cómo vamos a educar al pueblo?
– Para educar al pueblo hacen falta tres cosas: Escuelas, escuelas y escuelas.”

Tolstói intentó renunciar a sus propiedades en favor de los pobres, aunque su familia, y en especial su esposa, Sofía Behrs, lo impidió…

Otras frases del autor que pueden hacerles interesante acercarse a él:

“la práctica de la violencia no es compatible con el amor como ley fundamental de la vida”

“Alimentarse de carne es un vestigio del primitivismo más grande. El paso al vegetarianismo es la primera consecuencia natural de la ilustración”

“Un hombre puede vivir y estar sano sin matar animales para comer; por ello, si come carne, toma parte en quitarle la vida a un animal sólo para satisfacer su apetito. Y actuar así es inmoral”

Me ha gustado releer Anna Karénina, y seguro que volveré a repasar más de un día esos capítulos que he dejado subrayados, y otros en los que iré dejando mi huella lectora. Es lo que tiene tener un ejemplar propio, y conocer, ahora sí, algo de la vida del autor …

Susana Hernández