Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks
De pequeño, yo tenía un amigo imaginario. Me gustaba pasar tiempo con él. Me hacía reír, a veces convertíamos el día a día en una aventura, e incluso intentábamos hacer gamberradas juntos. Mi madre, al principio, me miraba con cara rara cuando me veía hablar solo, aunque no lo estuviera haciendo, pero después entendió que Pip, que así se llamaba él, era una compañía igual de agradable que los niños “normales”. Tiempo después, Pip se fue de viaje y no volvió. Me dijo que tenía que ir a ver a unos familiares imaginarios que no se encontraban demasiado bien, pero que no me preocupara, que todo iría bien, y que, en algún momento, nos volveríamos a encontrar cuando menos lo esperáramos.… Leer la reseña completa del libro "Memorias de un amigo imaginario" “Memorias de un amigo imaginario”