El solar, de Alfonso López
Sabemos por experiencia que la relectura de un libro de nuestra juventud siempre nos depara sorpresas que, como tales, pueden ser buenas o malas. Las segundas, que son quizá las más habituales, acostumbran, con esa sensación de “¿de verdad esto me gustó tanto?”, a dejarnos decepcionados, chafados, y a amargar para siempre lo que hasta entonces había sido un grato recuerdo. Pero, por fortuna, la visita a nuestras lecturas juveniles o incluso infantiles también nos puede deparar sorpresas agradables, como descubrimos, curiosamente, leyendo una obra completamente nueva: la estupenda El solar, de Alfonso López.
Poco podía sospechar este aficionado a los tebeos, que en su infancia devoraba con pasión Pulgarcitos, TBOs y todo lo que tuviera viñetas, que aquellas historietas de personajes tan singulares y, para el niño que era servidor, tan estrafalarios como Carpanta, Don Pío, Doña Urraca, El doctor Cataplasma, Pepe el hincha, u otras cuyos títulos a menudo eran impagables pareados, como Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte, El profesor Tragacanto y su clase que es de espanto, o La familia Trapisonda, un grupito que es la monda, poco podía sospechar que en realidad estaba leyendo una auténtica crónica social de la España de posguerra hasta el final del franquismo.… Leer la reseña completa del libro "El solar, de Alfonso López" “El solar, de Alfonso López”