Silencio en Milán, de Anna Maria Ortese
Toda ciudad tiene su característica principal: París, es la capital del romanticismo; Roma, es sinónimo de arte; Atenas, el lugar de la cultura clásica. Y así un sin fin de lugares que nos hacen movernos para poder asombrarnos a cada paso que damos. Pero, ¿y Milán? ¿Qué se puede decir de Milán? ¿Qué esconde entre sus calles esta pequeña ciudad? ¿Cuáles son los rincones que nos depara esta localidad italiana? Consciente de la dificultad de encontrar una respuesta adecuada para ello, me sumergí de lleno en este pequeño grupo de relatos que nos devuelve una imagen de Milán oscuro, lleno de vida, donde la gente que pasa por sus callejuelas, su estación de trenes, y que amanece y anochece todos los días, es capaz de hacernos vivir una experiencia inolvidable.