Mírame, de Antonio Ungar
La obsesión no es mala per se. De hecho, soy un gran admirador de los obsesos (dicho así suena horrible), de esas personas capaces de fijarse un objetivo y poner en él todo su empeño para alcanzarlo. Hablo desde la pura inconstancia y desde la más absoluta falta de voluntad: siempre he pensado que jamás podría hacerme adicto a ningún tipo de vicio, sea cual sea, precisamente porque acabaría abandonándolo por desidia tarde o temprano; de ahí mi admiración por este tipo de seres, entregados y apasionados. No obstante, como todo en la vida, existen grados. Y una cosa es enamorarse perdidamente de una chica y hacer todo lo posible para que ella se fije en ti y otra, como hace el protagonista de Mírame, es llenar de cámaras su casa y perseguir tanto a ella como a sus familiares allá donde van.… Leer la reseña completa del libro "Mírame, de Antonio Ungar" “Mírame, de Antonio Ungar”