Un viaje entre gitanos, de Keler, Guibert y Lemercier
Un día de verano, cuando tenía diez o doce años, mis padres me dieron unos duros para montarme en los autos de choque que había por las fiestas del pueblo. Allí fui yo tan contento dispuesto a darme trompazos con todo quisqui. Compré las fichas y me puse a esperar a que sonara la sirena y se pararan los coches, cuando se acercó a mí un niño gitano. Debía de tener 4 ó 5 años, iba descalzo y sin camiseta.
¿Me das una ficha?, me preguntó no sin cierta timidez.… Leer la reseña completa del libro "Un viaje entre gitanos" “Un viaje entre gitanos”