La historia en apuros

Reseña del libro “La historia en apuros”, de Nieves Concostrina

Últimamente, escojo algunos libros pensando en regalárselos a mis sobrinos. Por eso me llamó la atención La historia en apuros, donde Nieves Concostrina habla de varios personajes históricos que tuvieron que sortear los prejuicios de su época para sacar adelante sus proyectos artísticos, sus avances científicos o sus reivindicaciones sociales. Y todo lo que sea ampliar las miras de los más pequeños me parece bien.

Los personajes escogidos son Galileo Galilei (el primero que supo mirar el cielo), Miguel Ángel (el único que se atrevió a acabar el David, una majestuosa escultura que otro artista había dejado inconclusa), Marie Curie (la primera persona en obtener dos nobeles y la primera mujer en dar clases en la Soborna), Gideon Mantell (un aficionado a la paleonteología que catalogó al iguanodonte), Miguel de Cervantes (un soldado que vivió de milagro para llegar a escribir El Quijote, una de las obras más importantes de la historia de la literatura), Hedy Lamarr (la inventora del sistema de comunicación en el que se basa el wifi), Harvey Milk (el primer político abiertamente gay en Estados Unidos, que logró que su colectivo ganara derechos), Isabel de Braganza (a quien debemos la creación del Museo del Prado, el más importante del mundo), la princesa Juana (a la que redime de su injusta fama) y Fernando VII, aunque a este no lo incluye para ensalzarlo, sino todo lo contrario: es el ejemplo de un hombre que solo se preocupó de sí mismo, perjudicando a todo un país.… Leer la reseña completa del libro "La historia en apuros" “La historia en apuros”

Menudas historias de la Historia

Menudas historias de la Historia, de Nieves Concostrina

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La dedicatoria de este libro no tiene desperdicio. Es tan clara y contundente, y allana tanto el camino para la comprensión del contenido, que me permito copiarla textualmente:

“Quiero dedicar este libro a todos los profesores de Historia que me cayeron en suerte durante mi esponjosa infancia y que se empeñaron en hacerme aprender de memoria tratados, concilios, fechas y retahílas de reyes, que yo olvidaba en el primer cuarto de hora de recreo con mi bocata de fuagrás en la mano. Con su falta de entusiasmo me hurtaron la diversión y la simpatía que la Historia guarda entre línea y que, sin duda, me hubieran ayudado a situarme en el tiempo y en el espacio, a comprender y a hilar acontecimientos más allá de sesudas conclusiones que había que plasmar en un examen.Leer la reseña completa del libro "Menudas historias de la Historia" “Menudas historias de la Historia”