Goodbye, Berlín, de Wolfgang Herrndorf
¿Te gusta conducir? Y así fue como descubrimos, con la imagen de una mano balanceándose por una ventanilla, lo que significaba la pasión por agarrar un volante, pisar el embrague, cambiar las marchas, y después acelerar hacia un destino que ninguno de nosotros sabemos, pero para el que estamos preparados. Porque los coches son como los psicólogos: escuchan tu historia, pero después no la cuentan, guardando el secreto para siempre. Y así nosotros vamos yendo por la vida, subidos en esas cuatro ruedas, viviendo historias, acontecimientos, situaciones, que nos descubren que los viajes sabemos cómo empiezan, pero jamás como terminan.… Leer la reseña completa del libro "Goodbye, Berlín" “Goodbye, Berlín”