Reseña del cómic “Batman: La Maldición Del Caballero Blanco” – Edición Deluxe Limitada En Blanco y Negro
Hacía ya tiempo que no visitaba las calles de Gotham y comenzaba a echarlas de menos, pero es que tampoco ha habido material murcielaguil, o de familiares de este, que me llamara lo bastante como para hablar, bien, de él. No obstante, es bueno desengancharse un poco de las obsesiones, respirar, tomar distancia, airearse con otras lecturas y guardar el traje en el armario hasta que la fiebre vuelva. Así, cuando se produzca el reencuentro este será más efusivo y deseado, aunque no necesariamente se corresponda con las expectativas.
Pero, ¡santo diluvio universal!, el reencuentro ha sido glorioso. Si en su día dije que Batman: Caballero blanco era una obra maestra y una lectura imprescindible, su continuación, Batman: La maldición del Caballero blanco corre igual suerte. El nivel se mantiene al máximo tanto en guion como en dibujo y, por supuesto, va a la lista de imperdibles del murciélago.
Lo que suceda en esta historia va a tener mucho que ver con los inicios de Gotham y la verdadera relación con la familia Wayne. Nos vamos a remontar varias veces a las épocas remotas, allá por 1685, cuando Gotham era colonia británica, y ya por entonces era un pozo de pura maldad y perdición.
La verdad es que todo el tomo está tan lleno de buenas ideas, muertes inesperadas y algún que otro giro, que me niego a avanzar nada más sobre la trama para que cada uno vaya deleitándose al descubrilas. Yo creo que si gustó la primera parte, esta acabará gustando.
Baste decir que el Joker no va a ser el mismo Napier que antes. Va a ser un poco más Jekyll luchando por no ser Hyde y va a ser, como no, el Joker, el que provoque los problemas que se van a ver en esta historia.
Una trama que va a empezar con un pazguato como alcaide de Arkham y un Jean Paul-Valley, (seguro que a los más iniciados les suena este nombre) en una reimaginación del personaje de Azrael, erigido de nuevo como el caballero más-oscuro-casi-negro que Gotham haya visto, portando una espada flamígera.
Por supuesto, en esta segunda parte, los secundarios son parte importante. Aparte de Montoya, Bullock, y la batfamilia, vamos a tener la agradable sorpresa de una Harley Quinzel que sigue en su papel de mujer adulta y lista (y, ahora además, coladita por Bruce Wayne a quien va a apoyar en todo lo que este le pida y en lo que no también, y que va a ser la mejor de sus aliadas), muertes que te dejan kao por lo sorpresivo… todo más o menos va siguiendo el guion que el Joker ha planeado para Batman.
Batman: La maldición del caballero blanco es un cómic muy disfrutable, muy digno de Batman, con el mismo ritmo trepidante y vertiginoso que su primera parte, con un dibujo espectacular (es una gozada ver de nuevo el batmóvil de la peli de Burton, el “favorito” de Batman, incluso aunque sea en blanco y negro), unas escenas de acción dibujadas primorosamente (me encanta el dibujo de Murphy siempre, siempre, siempre) y un clímax que te deja con ganas de un tercer tomo. (Esperemos que lo haya porque el final te deja con el culo torcido acerca de cómo podría ser el futuro de Batman). Y es que a Murphy no le tiembla el pulso a la hora de ser concluyente en lo relativo a la suerte de sus actores, ya sean secundarios o principales.
La única pega que le puedo poner a esta edición limitada en blanco y negro es el capítulo extra añadido al final y titulado Von Freeze. En mi opinión ni la historia ni el dibujo están a la altura de las páginas que le preceden.
Repito: un cómic excepcional. De lo mejor que puede llevarte a las manos en lo que a Batman se refiere.