“A mis hijos.
Queridos Hildita, Aleidita, Camilo, Celia y Ernesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre ustedes.
Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre, hijitos, espero verlos todavía.
Un beso grandote y un gran abrazo de papá.”
Esta es la carta de despedida que Ernesto Che Guevara escribe a sus hijos antes de morir. Sin duda, la parte más emocionante de este libro, el final de la trilogía de novelas gráficas sobre la vida de este famoso revolucionario cubano que edita Sexto Piso. Y tengo que reconocer que fue precisamente esta edición lo que más me llamó la atención para animarme a leer los tres volúmenes.
No había leído mucho sobre la figura del Che, pero descubrí esta trilogía en un momento en el que estaba leyendo bastantes artículos sobre su gran papel en la revolución cubana y el legado que dejó después. Y también, investigando sobre ello, vi que estaba basada en el libro del mismo nombre, Che Guevara: Una vida revolucionaria, escrito por el mismo Jon Lee Anderson. La biografía quizás más completa sobre el revolucionario, en la que este periodista del New York Times tuvo acceso directo a los archivos personales del Che y otros del gobierno cubano, además de contar con las declaraciones mismas de su viuda.
Por este motivo, creo que comenzar con las novelas gráficas es una gran oportunidad para establecer un primer acercamiento a su figura como hombre, amigo y gran defensor de su pueblo y sus ideales. Y creo que es lo que puede diferenciar a estos volúmenes de tantos otros que se han escrito sobre su vida a lo largo de las últimas décadas: escribir desde la realidad, con las palabras casi propias de un hombre. Con sus contradicciones y defectos y, a su vez, con sus ilusiones, deseos y sueños. Y creo que esto es lo que la ha hecho tan especial para mí.
Este volumen en específico se centra en sus últimos dos años de vida, tras abandonar Cuba tras 11 años de revolución socialista, y comenzar, tanto en Bolivia como en el Congo una nueva revolución. Y vemos cómo el Che se convierte en uno de los personajes más buscados en todo el mundo y cómo vive, en cada una de las viñetas, momentos de tensión, angustia y muerte. Situaciones de verdadera tristeza por algunos de los fracasos vividos, pero también de alegría ante sus logros.
Me ha encantado también, en especial de esta edición, cómo el ilustrador trata de reflejar la realidad mostrando también la sangre, la guerra, las muertes, la tristeza y el dolor. Pero también los pensamientos e ideales de progreso de su protagonista y sus deseos más profundos a través de sus dibujos. Todo ello hace que la historia fluya rápidamente y te pierdas en sus páginas porque, además, se lee en un suspiro.
Es una novela muy especial, que creo que logra plasmar muy bien cómo el Che estuvo dispuesto a sacrificarse por alcanzar sus ideales socialistas. Sobre todo, muestra que nunca se rinde y lucha hasta el final, inculcándole esos valores a su familia y a toda una sociedad. Para así convertirse en una leyenda que, a pesar de los años que han pasado, nunca muere.