Colinas que arden, lagos de fuego, de Javier Reverte
Francis de Croisset, novelista francés de principios del Siglo XX, dijo en su día una de las citas sobre literatura que más me gustan; “La lectura es el viaje de los que no pueden tomar el tren”. Sin duda, esta afirmación viene que ni pintada para libros como el que hoy os presento, “Colinas que arden, lagos de fuego”, del escritor madrileño Javier Reverte.
En tiempos de crisis como los que vivimos, irse de vacaciones se convierte un lujo para muchos de los que trabajamos. Aún así, y siguiendo la máxima de Francis de Croisset, se puede decir que gracias a las más de 400 páginas del libro de hoy reseño, me he pasado unas “buenas vacaciones” recorriendo parte de Kenia, Tanzania y Zambia.
He de reconocer que pese a ver durante años buenas críticas sobre los libros de viajes de Javier Reverte, nunca me había sentido tentado por leerlos. Es más, se podría decir que hasta “Colinas que arden, lagos de fuego”, mi experiencia con la literatura de viajes era, cuanto menos, muy escasa. Pero una vez leído este libro, puedo asegurar que no será el último que lea de este autor, habiendo ya echado un ojo a su famosa “Trilogía africana”.
En “Colinas que arden, lagos de fuego”, el escritor madrileño vuelve a visitar África, dividiendo el libro en dos grandes viajes y experiencias. En la primera, recorrerá junto a su equipo la Kenia más inhóspita con el objetivo de alcanzar el misterioso lago Turkana, el más grande de los situados en zonas desérticas. En el segundo viaje, de nuevo con parte de su “tropa”, Javier Reverte recorre Tanzania con el objetivo de viajar por el lago Tanganika en el Liemba, un barco lleno de historia. Como colofón a este segundo viaje, Javier continúa camino a Zambia para visitar la aldea de Chitambo, donde pereció el explorador escocés David Livingstone, uno de los europeos que más luchó por el continente africano.
Os reconozco que el estilo de Javier Reverte me cautivó desde el principio. Con una aparente sencillez, el escritor va narrándonos sus peripecias en el día a día de los países africanos. El autor sabe que la verdadera historia de África se escribe en contacto con sus gentes, sus problemas y su cotidianidad, y no en hoteles de 5 estrellas, apartados de la vida real. Gracias a eso, nos encontramos un África más humana e impactante. “Colinas que arden, lagos de fuego” narra el presente y el pasado de Kenia y Tanzania de una manera tan ágil y dinámica que da gusto recorrer (literariamente hablando) sus sábanas, sus polvorientas carreteras y sus pequeños poblados.
Para los amantes de la historia, Javier Reverte adereza sus relatos con unos interesantes viajes al pasado donde detalla brevemente guerras y otros hechos sin los que no se entendería el momento actual por el que pasan la mayor parte de los países africanos. Junto con un detallado pasado, el autor dialoga con todo tipo de gentes, transmitiendo al lector una visión lo más fiel posible a la realidad, provocando un sinfín de anécdotas sin duda curiosas de leer. Y para terminar esta novela de viajes tan completa, se insertan en el libro un gran número de fotografías a color con la que el lector podrá poner cara a un joven samburu, a un dalla-dalla tanzano o al mismísimo David Livingstone sin tener siquiera que acudir a los típicos lugares de búsqueda en Internet.
Cómo os decía en el tercer párrafo, no voy a tardar mucho en encontrarme otra vez con Javier Reverte. Como dice en el prólogo de “Colinas que arden, lagos de fuego”…. “África te conquista por los sentidos”. A mí, tanto el continente como el estilo del autor, me han conquistado.
LO MEJOR: Todo lo que aprendes sobre la cultura, la fauna, la geografía y la historia de los territorios que recorre el libro
LO PEOR: Pensar que durante tiempo creía que una “novela de viajes” no me aportaría nada nuevo.
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