Cómo ser mujer

Cómo ser mujer, de Caitlin Moran

Como-ser-mujerUno entra en la RAE y encuentra este significado, entre otros, de la palabra mujer: que tiene las cualidades consideradas femeninas por excelencia. Pero luego intenta indagar un poco más y se da de bruces con la nada más existencial, y que ni siquiera el lenguaje está preparado para denominar con exactitud lo que significa la palabra mujer. Yo, como ser humano (vamos a olvidarnos por un momento de la diferencia de género), todavía hoy, cuando paseo por la calle, cuando voy a trabajar, cuando me siento en el metro y escucho alguna conversación a hurtadillas, me sorprendo con la cantidad de chorradas y absurdeces que la gente puede decir sobre las mujeres. Llámenme ingenuo si pienso que los tiempos han cambiado y que algo en nuestro imaginario colectivo debería haberse movido de posición pero, por A o por B, la sociedad me impide pensarlo. ¿Por qué se repiten, hoy en día, algunos estereotipos? ¿No han cambiado las mujeres o no lo hemos hecho nosotros? ¿Es posible que todo sea culpa del patriarcado como denuncian algunas feministas? Y la pregunta más importante de todo, ¿qué significa ser mujer hoy en día? Yo no tengo la respuesta correcta. Por eso me introduje en Cómo ser mujer porque a pesar de ser un hombre, conocer a nuestro partenaire me parece algo tan básico que seguirán pareciéndome obtusos de mente aquellos que dicen que la mujer es el sexo débil. Y lo más cojonudo es que, el que lo dice, suele ser el que más tiene que callar al respecto.

 

Lo de Caitlin Moran tiene su aquél. No sólo nos ofrece un manual sobre cómo ser mujer un tanto sui generis sino que además nos exhorta al cambio. A través de vivencias personales hace un reconstrucción sobre la vida de las mujeres, sobre lo que han sido y, desgraciadamente, son para muchas personas allá en el ancho mundo. ¿Son las mujeres objetos? Para muchos medios de comunicación, sí. ¿Tienen derecho las mujeres a una sexualidad libre? Para mi sí, es obvio, ellas pueden disfrutar del sexo como cualquiera de nosotros, pero para algunos mojigatos está visto que ellas todavía son de guardar en casa. ¿Qué decisiones toman las mujeres sobre temas tan controvertidos como el aborto, el porno, el matrimonio o la familia? Siempre he pensado que alzar la voz y poder decir, con total libertad, la opinión que se encuentra dentro de nosotros es un matiz importante. Por eso, animado por una compañera, me vi inmerso en Cómo ser mujer intentando descifrar por qué había tenido tanto éxito este libro. ¿Acaso no se había hablado del tema de la mujer lo suficiente? ¿Es posible que aún haya mucho que decir? Pues sí, lo hay. Porque una cosa es leer libros sobre feminismo, sobre la imagen de la mujer en la sociedad, o sobre lo que significa ser mujer a nivel personal, pero siempre desde un halo vestido de academicismo que a mí, particularmente, me parecía exasperante. No hay nada más amargo que sentir que están hablando de la mujer como si fuera una disección de laboratorio. Pero no, aquí eso no sucede. Aquí hablamos con la autora de tú a tú, con rudeza, sin pelos en la lengua, para hacernos comprender que aquí, bajo este título, quizás nos encontremos con lo que significa ser mujer, o quizás no, pero al menos algunos mitos caerán por su propio peso.

Hace poco, en una conversación entre unas amigas y yo, ellas decían que hoy en día la sociedad no las tenía en cuenta, que miraban para otro lado cuando se trataba de atender a una petición tan simple como poder decidir sobre su cuerpo. Y a mí me dio rabia no poder quitarles la razón, porque estaba claro que hoy en día se están dando más retrocesos que avances sobre este tema. No soy quien para debatir sobre la mujer, quizá me falten datos más fiables que a algún investigador de turno que me intente vender datos estadísticos, pero lo que sí puedo decir es que comparto con Caitlin Moran muchos de los aspectos que ella trata en su libro: ¿te gusta el porno? ¡pues no te avergüences de ello, porque al fin y al cabo, los hombres no lo hacen y no hay ningún motivo para ello!, ¿crees que por ser mujer debes cobrar menos? Sólo hay una respuesta posible y es no, todo lo demás son excusas baratas, ¿tienes la capacidad de elegir libremente con quien quieres estar y qué quieres hacer con tu vida y tu cuerpo? Si tu respuesta es negativa, deberías hacer un análisis de en qué contexto te mueves, quizá no seas tú el problema, sino él. Son respuestas sencillas pero que durante mucho tiempo nadie consigue poner sobre la mesa adecuadamente. ¿Será este el momento? Desde luego, Cómo ser mujer lo intenta y con creces.

Lo que se ha venido a llamar la “lucha de sexos” me parece una práctica infantil para enmascarar muchos otros problemas que venimos arrastrando a lo largo de los años. De la misma forma que creo que, en muchos aspectos, el principal problema ha sido la concepción que el hombre tenía de la mujer, también creo que en otras cuestiones las mujeres, y permítanme la licencia, han sido sus principales enemigas. ¿Por qué no entonces verse inmerso en un libro que intenta destruir aquellas imágenes que tan dentro llevamos guardadas? Acabaré esta reseña con las palabras de la autora, en las que se refleja lo que, al final, seamos hombres y mujeres, todos pensamos: con el paso de los años de que lo que realmente quiero ser, en resumidas cuentas, es un ser humano.

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