Cuando murió Buenos Aires (1871), de Miguel Ángel Scenna
¿Cuánta historia hay en los lugares? Buenos Aires es una ciudad que guarda épocas increíbles pero también dramáticas. Mis ganas de conocer sobre el pasado de un lugar me llevaron a encontrar este libro. No fue casualidad: busqué entre las estanterías hasta encontrar un verdadero relato histórico. Y me topé con una investigación memorable.
Miguel Ángel Scenna escribió este libro con mucha exactitud. Es un ejemplo de investigación precisa y seria que trata de traer luz sobre un asunto oscuro pero imborrable en la historia argentina. Durante los primeros meses del año 1871 se produjo en Buenos Aires una epidemia de fiebre amarilla que se llevó a más de 13 mil personas. Para una ciudad pujante del Río de la Plata, esta cantidad de muertes significó un horror.
El libro recuenta cómo se vivieron las horas a principios de 1871. Comienza con una descripción ingeniosa y perfecta de la ciudad de Buenos Aires. Lejos de ser la urbanización que es hoy en día, en ese momento se asemejaba más a un pantano. Todavía se necesitaban las mejoras necesarias para dejar de ser una aldea y pasar a ser una ciudad. Las casas eran bajas, los servicios muy limitados y la aproximación al Río de la Plata la hacía un lugar lleno de charcos.
La llegada de la fiebre amarilla no fue una sorpresa porque ya se habían registrado avances de esta enfermedad, pero nunca con la voracidad de 1871. En esa época, la ciencia no sabía que el mal se contagiaba a través de un mosquito (el mismo que transmite el dengue). Por eso la llegada de la fiebre significaba pasar a estar encerrado pues se creía que el contagio se hacía de persona a persona. La falta de instrumentos médicos también significaba que no existieran tratamientos para la enfermedad.
Si bien Buenos Aires era una ciudad bastante culta para su corta historia (existían universidades y una inmensa cantidad de librerías), la realidad es que sólo un puñado de personas podían acceder a estudios superiores. El resto de la población eran personas trabajadoras pero con poco conocimiento y muy bajos recursos. La pobreza de los conventillos (muchos habitados por recientes inmigrantes europeos) también imposibilitó la higiene. Los pocos médicos que existían en Buenos Aires pusieron su mejor voluntad para salvar a los moribundos. Muchos de ellos se convirtieron en héroes de coraje.
El libro cuenta cómo se desarrolló la enfermedad. Comienza por describir pero no se detiene sólo en las consecuencias médicas sino en cómo ese mal afectó las costumbres y el vivir de los habitantes de Buenos Aires. Miguel Ángel Scenna se ocupó de transmitir esa realidad gracias a una investigación fiel y a un gran talento para escribir. Cuando murió Buenos Aires es una joya de la investigación histórica repleta de datos pero también de climas escalofriantes de una ciudad diezmada.
Georgina Marrapodi