“Bienvenidos a la única clase que os enseñará a sobrevivir. Bienvenidos a arte.” De esta guisa se presenta el señor Freeman ante Melinda y sus compañeros del instituto de secundaria Merryweather. La clase de arte es, en palabras de la propia Melinda, el sueño tras la pesadilla. La pesadilla, o más bien un capítulo más de esta, ha sido la hora de la comida en uno de esos enormes comedores escolares, que tan bien conocemos por las películas, donde según quién se siente a tu lado y quién te prohíba acercarte, tu vida puede ser un infierno.
La vida de Melinda, no obstante, se había convertido en un infierno hacía ya tiempo. Durante una fiesta que tuvo lugar el verano anterior, Melinda dijo no, o intentó decir no, pero, paralizada por el terror y por la inesperada brutalidad de lo que le estaba ocurriendo, su grito no llegó a nadie. Y la pesadilla solo acababa de empezar. Ahora, en el exilio, como ella define su ingreso en el instituto, se va a enfrentar al insulto, la violencia, la exclusión y, lo peor de todo, va a ver cómo nadie le perdona lo que sufrió.
Cuéntalo es una obra impresionante, sobrecogedora y, por desgracia, de más actualidad hoy que nunca. Está basada en la novela del mismo título escrita por Laurie Halse Anderson, publicada en 1999, y que cinco años más tarde fue llevada al cine con gran éxito de crítica. Con ella, Anderson recuperó la voz que había perdido cuando, como nos señala en el prólogo, fue violada a la edad de trece años.
La llegada de Melinda a Merryweather empieza con mal pie, como si, al igual que sucede con Hester, la protagonista de La letra escarlata, estuviera marcada por la vergüenza. La conocida novela de Nathaniel Hawthorne, en la que la protagonista es condenada a ser marcada con una letra A, como castigo y humillación por contravenir las normas del puritanismo, es una importante referencia en Cuéntalo, como también lo es Maya Angelou, activista y escritora norteamericana que fue violada a los ocho años. Tras esa espantosa experiencia, Angelou dejó de hablar y se mantuvo en completo silencio durante cinco años. Melinda no llega a tal extremo, pero sí rehúye cualquier tipo de relación hasta el punto de pasarse horas encerrada en un trastero que los conserjes han dejado de utilizar. Allí construye su fortaleza, una especie de santuario de Maya Angelou, y se dedica a leer su obra más influyente: Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado.
En el primer día de clase, el profesor Freeman hace sacar a cada uno de sus estudiantes un papel de dentro de un globo terráqueo. En ese papel encuentran una palabra, y esa palabra, que ellos tendrán que esculpir, bocetar, tallar, pintar y explorar de todas las maneras posibles, es mucho más que un proyecto de curso: es su propio destino. A Melinda le ha tocado un árbol, y su destino será conseguir que su pájaro enjaulado vuelva a cantar, libre, desde una de sus ramas.
El extraordinario trabajo de ilustración de Cuéntalo, a cargo de Emily Carroll, abarca varios registros y estilos. Con una gran carga simbólica y un constante retrato psicológico de la narradora, cada página muestra una estructura diferente, con viñetas abiertas, cerradas, interiores, exteriores, viñetas rotas… En fin, tanta es su creatividad que, como veis, uno ha tenido que informarse un poco para poder describir esa variedad.
En definitiva, Cuéntalo es un libro que mucha gente debería leer y del que tenemos mucho que aprender. Y además es una bella obra de arte.
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