Reseña del libro “Cuentos de invierno de Lucía, mi pediatra”, de Lucía Galán Bertrand
Con la llegada del frío, del cole y del invierno también llegan los mocos, los virus y las toses a casa. Si tenéis peques en casa lo sabréis de buena mano. En la mía no es diferente, y por eso cuando los niños son muy pequeños está bien hacerles saber que lo que les está pasando no es malo, sino que los mocos y la tos es la forma que tiene su pequeño cuerpo de defenderse ante los virus.
Claro, parece fácil decirlo, pero no. Cuando los peques son muy peques se asustan mucho ante un ataque de mocos, flemas o tos, y acaban llorando e incluso vomitando. No saben lo que les pasa y eso les provoca más miedo aún. Así que, ¿qué herramientas podemos emplear para calmarlos, para quitarles el miedo y hacerles sentir bien a pesar de lo que les está ocurriendo?
Pues muy sencillo. Con Cuentos de invierno de Lucía, mi pediatra, de Lucía Galán Bertrand, no vais a tener problema, ya que este libro es ideal para hacer que nuestros renacuajos entiendan de una manera sencilla y divertida que estar malo no es malo.
La famosa pediatra nos presenta a la pequeña Lola y a su hermano Toni, que es autista. Lola tiene bronquitis y se encuentra enferma, pero cuando va a visitar a su pediatra Lucía, todo cambia. La trompeta mágica le ayuda a vencer la bronquitis y además aprende que no pasa nada por ir descalza por la casa. ¡No te resfrías!
Aparte de aprender junto a Lola todas estas cosas sobre la tos, la bronquitis y demás enfermedades que pillamos en invierno, hay capítulos muy interesantes donde conocemos a la mejor amiga de Lola, Alba, una niña con síndrome de Down que es maravillosa, una gran amiga, que va a su ritmo y que nos demuestra que ser diferente es algo genial que todos debemos aceptar, porque las diferencias son las que nos hacen humanos, las que nos hacen especiales y únicos.
Por otro lado, junto a Lola también aprenderemos a donar juguetes y ropa que ya no usamos a los niños más necesitados. Y no solo eso, sino que conoceremos al pingüino Filipino y el valor del trabajo en equipo y de la importancia de obedecer a nuestros padres y mantenernos cerca de ellos en lugares desconocidos.
De verdad que con todo este contenido solo puedo tener buenas palabras para este libro. De hecho, es la primera vez que leemos en casa a Lucía Galán Bertrand y no será la última, pues nos ha conquistado con su bien hacer, con su sencilla y natural manera de explicar cosas y situaciones que en un primer momento nos resultan complicadas para explicárselas a los niños.
Y por si fuera poco, el texto está acompañado por las preciosas y magníficas ilustraciones de Núria Aparicio. Caritas redonditas, narizotas, ojos muy expresivos, sonrisas, colores y lugares que atraen a los más pequeños de la casa, que los llevan a su terreno y hacen que se sientan más a gusto al leer sobre todos estos temas.
Os lo digo de verdad, de primera mano, pues he leído el libro junto a mi hija de tres años y no puedo explicar con palabras todo lo que nos ha hecho sentir a ambas esta lectura. De hecho, me ha conmovido en varias ocasiones escuchar a mi hija respondiendo algunas preguntas que aparecen en el libro. Preguntas que nos permiten reflexionar junto a nuestros niños sobre el tema que se ha tocado, como por ejemplo el síndrome de Down. ¿Sabéis cuál fue la respuesta de mi hija a la pregunta “¿Qué harías si ves que otras personas se ríen de un niño que es diferente?”? Su respuesta fue: llorar. Eso me hizo ver cuánta sensibilidad y empatía reside dentro de una niña tan pequeña, sin prejuicios, sin maldad.
Así que creo que sobran las palabras, porque si os decidís a leer Cuentos de invierno de Lucía, mi pediatra, tendréis mucho que ganar en amor, en familia, en salud, en solidaridad y en valores, y nada que perder.