Quien me conoce sabe que no creo en las coincidencias ni en las casualidades. Supongo que mi pensamiento es que todo pasa por algo y que el azar es un elemento tan aleatorio que prefiero sacarlo de mis planes. Por eso no me sorprendió nada encontrarme con el libro del que vengo a hablaros hoy en cuanto puse un pie en España después de haberme tirado quince días haciendo la ruta 66. Tenía que pasar, y así ha sido. Y ahora entenderéis por qué.
De otro planeta, de Pilar Ana Tolosana Artola, cuenta la historia de Diego, un adolescente que lleva media vida encerrado en un internado, lejos de sus padres y del resto de su familia. Las horas dentro de ese colegio pasan más despacio de lo que le gustaría, así que eso le hace darle vueltas y vueltas al único tema que tiene cabida dentro de su cabeza: el Área 51 y el misterio que allí se esconde.
A su mente llega cada dos por tres el recuerdo del viaje que hizo de pequeño junto a sus padres. El destino era Estados Unidos y allí vivió una aventura increíble al conocer a un mendigo en Las Vegas que le habló de esa zona prohibida que tantos misterios esconde. Le dijo que en ese lugar utilizaban a niños para poder comunicarse con los extraterrestres, así que el objetivo vital de Diego se convirtió en visitar aquel lugar en algún momento de su existencia.
Justo cuando sus padres —militares los dos— desaparecen, Diego sabe que es el momento perfecto para cumplir su sueño. Viaja junto a sus hermanos a Estados Unidos y pronto se escabulle para intentar dar con aquel mendigo que tanto abrió su mente. En ese instante, su vida cambiará para siempre, ya que Diego comenzará a vivir un montón de aventuras y de historias a cada cual más peculiar que harán que nada pueda ser como antes.
Como veis, De otro planeta es una novela que podríamos encuadrar dentro de la categoría de ciencia ficción y que hará viajar al lector que está al otro lado del papel. Y todo ello de la mano de Diego, un personaje que vive tanto en su pasado como en su futuro y que hace que la persona que lo conoce se sienta en su piel. Y esto es lo interesante: al principio puede parecer que la historia de Diego es una más. El lector piensa «Quizás es que este chico está un poco loco o tal vez sea solamente pura obsesión por el tema alienígena», pero pronto se da cuenta de que va más allá. La autora se centra mucho en su pasado para que entendamos que lo de Diego no es una fijación, es que ese encuentro con ese vagabundo es parte de su vida. Esa conversación forjó su futuro, aunque él, por aquel entonces, no tenía ni idea. Cuando el lector entiende esto, comprende que es inevitable ese viaje, ese escaparse del aeropuerto a espaldas de su hermana, ese mentir constante para salirse con la suya, esa cabezonería que demuestra en cada acto, es cuando ya no puede parar de leer y necesita llegar hasta el final.
Pilar Ana Tolosana Artola tiene un estilo narrativo ágil. El que se adentra en sus libros lo hace buscando un entretenimiento y una historia que le enganche y que incluso le divierta. Este libro es muy divertido, o al menos esa es la sensación que he tenido yo todo el tiempo, porque me han parecido muy peculiares las situaciones por las que tiene que pasar el protagonista. Lo que está claro, es que el estilo de Pilar Ana es ligero, entretenido, ameno y con ritmo. No se detiene en descripciones innecesarias ni nos bombardea con información que no nos interesa. Al contrario, va al grano y al meollo de la cuestión. Eso no significa que no se tome su tiempo necesario para poner en situación al lector, aunque lo haga de forma homogénea con el desarrollo de la historia y no se tome un preludio para hacerlo.
Hace poco tuve la oportunidad de reseñar otro libro suyo. En ese caso fue un thriller llamado Las radiografías de Xabina. Así que no he podido evitar comparar las dos novelas a medida que iba leyendo De otro planeta. En las dos he viajado, he conocido a protagonistas particulares y personajes secundarios inolvidables, he vivido en mi propia piel historias divertidas, angustiosas y misteriosas a la vez. Sin embargo, lo he hecho de formas distintas. Creo que Pilar Ana demuestra una narrativa mucho más madura en este libro que en el anterior. Me atrevería a decir que incluso más cuidada, aunque no sé si esa sería la palabra adecuada. Lo que quiero decir es que me he sentido mucho más cómoda leyendo esta historia, he conectado más rápidamente gracias a la narrativa que ha utilizado la autora y los recursos que ha tenido en cuenta para atrapar al lector. Y sin duda, eso es algo muy positivo, porque me encanta la gente que sigue aprendiendo día a día y que lucha por ser mejor y superarse.
Para terminar, diré que una de las cosas que más me ha gustado es que podía imaginarme perfectamente en la piel de Diego. Como digo, Pilar Ana nos lleva del presente al pasado y después al presente otra vez para conocer a fondo al protagonista. Y para ello tiene que recorrer miles y miles de kilómetros, cosa que hace con una facilidad increíble. Por lo tanto, sería bueno concluir diciendo que este libro ha sido un viaje. Una viaje que me ha hecho volver a esos días en los que el desierto era lo único que tenía por delante, donde las millas no eran un impedimentos para acercarme a mi destino y donde los carteles con caras de alienígenas se sucedían como si fueran una especie de espejismo.