Después del océano

Reseña del libro “Después del océano”, de Belén Martínez

Después del océano

Nadie se espera que el último día de su vida vaya a ser el último, cómo tampoco te esperarías que un desastre de dimensiones impensables fuese a ocurrir, al menos no a ti, es algo que ves en la tele, escuchas en la radio, pero siempre desde la distancia de la tercera persona que nos aleja de la catástrofe y la traspasa a pieles ajenas.

No, nadie se esperaba que una ola de casi cuarenta metros arrasara Miako, para eso estaban los muros de contención de ocho metros de altura dispuestos a lo largo del paseo marítimo como escudos protectores. Sí, los terremotos eran algo habitual, algo a lo que los habitantes de este pueblo costero estaban acostumbrados, pero nadie está preparado para un tsunami de tales dimensiones ni para que el último día de su vida sea en realidad el último.

Nami Tendo se alejaba poco a poco de Miako, dejaba atrás su hogar dirigiéndose junto a su hermano y su padre hacia Kioto, la que sería su nueva casa. Cuando el tsunami empezó a desencadenarse ella y su familia estaban a salvo, la mudanza hizo que sobrevivieran. Pero ¿qué paso después?, ¿qué le ocurrió a Nami después de que su hogar, su colegio, amigos y vecinos fueran anegados por el agua?, ¿qué les ocurrió a todas aquellas personas que dejaron atrás todo y que sobrevivieron? Después del océano nos cuenta lo que le ocurrió a Nami y a su familia y os aseguro que no os lo vais a querer perder.

Los que ya me conocéis un poquito sabéis que siento una gran atracción por Japón y su cultura, ese hecho unido a la increíble portada de esta novela y a su autora, Belén Martínez, lo convirtió en una lectura obligada para mí. Después del océano es un transitar por la vida, es un recorrido que nos muestra nuestra propia fragilidad y vulnerabilidad y cómo cada uno con sus propias herramientas y a través del tiempo y el apoyo de nuestros amigos y familia vamos recomponiendo poco a poco los pedazos, sanando la herida hasta que podamos echar la vista atrás para recordar sin que duela, o al menos sin que lo hago tanto.

Belén Martínez ha creado una novela propia del Studio Ghibli, en la que la fantasía y la realidad se fusionan de forma única para generar algo mágico. Su protagonista Nanami Tendo es una heroína Ghibli, que cumple todos los requisitos para merecer este título: una niña valiente, luchadora, con carácter, tremendamente generosa y capaz de enfrentarse a sus fantasmas. Los personajes que la rodean se caracterizan por su lealtad, por la gran amistad y amor que les une a Nami, pero no solo ayudaran y acompañaran a nuestra protagonista en su viaje, sino que cada uno de ellos cuenta además con su propia historia, su propio contexto y su propia trama.

Después del océano nos habla de tantas cosas; de cómo cada uno a pesar de haber pasado por una tragedia idéntica nos enfrentamos a ella de formas muy distintas, del duelo, en todas sus formas, del poder de la naturaleza, del acoso escolar, de la amistad y la familia y de los pequeños actos de bondad en todos sus aspectos y cómo, aunque no seamos conscientes de ello pueden suponer un cambio muy sutil, sí, pero al fin y al cabo un cambio que a veces lo transforma todo.

Antes os hablaba de los protagonistas y personajes que habitan esta novela, y no puedo terminar esta reseña sin mencionar como la naturaleza se erige como un personaje más, sobre todo el agua. El agua es una prolongación de las emociones de Nami, se alza furiosa, con toda la rabia de la que es capaz, se vuelve mansa y cantarina como el agua que pasa por una arrollo en un día de verano. Niega, se enfurece, se redime, acepta e incluso perdona al igual que Nanami.

La ambientación de la novela es otra de las razones por las que os enamoraréis de esta historia. Belén Martínez ha hecho una labor de documentación maravillosa. A lo largo de la novela la autora nos transporta a un viaje por Japón, nos guía a través de sus calles estrechas y sus casas de tejados rizados, rescatando la cultura espiritual de este país y conduciéndonos a otros mundos al traspasar la entrada de un Torii, una puerta que marca la entrada a un lugar sagrado lejos de los mortales. También debemos destacar otro detalle que marca la diferencia y nos sumerge de lleno en la cultura del país nipón y es que la autora ha salpicado la novela de expresiones y palabras del idioma original lo que le aporta más riqueza si cabe a la historia. Al final de la novela tenéis un glosario en el que podéis consultar todos estos términos.

Espero que le deis una oportunidad a Después del océano os prometo que no os arrepentiréis y quien sabe a lo mejor vosotros sois “ese cambio sutil introducido por los dioses para dar sentido a este mundo”.

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