Ondina, de Benjamin Lacombe
Dicen que cuando una ninfa llora, un corazón deja de latir. Y así, como en un cuento de hadas, las lágrimas empiezan a anegarlo todo, destruyendo la piedra, arrastrando los bosques, y llenando el aire del olor salado del mar y las gotas de lluvia que caen de los ojos. Porque el amor puede ser peligroso, puede rebatir las leyes de la naturaleza, pero cuando dos corazones laten al unísono, cuando cada latencia es seguida por otra de la misma intensidad, del mismo color, del mismo aroma que llena cada uno de nuestros cuerpos, será entonces y no después, cuando nos demos cuenta de que todo es posible, de que la muerte que llegará se llevará con nosotros la sombra de lo que fuimos, de lo que fue nuestro amado, de lo que supone caminar con los ojos vendados por un sentimiento que puede doler, como un puñal clavado, como una espina de rosa traviesa que juega con nuestra piel.… Leer la reseña completa del libro "Ondina" “Ondina”