Canta, sucio niñato no es lo que parece. Tiene todas las virtudes del libro que aparenta ser, la dura historia de un niño irlandés que sufre abusos por parte de un sacerdote (un género en sí mismo), pero posee además otras que lo hacen diferente. Y mejor. Y se deben principalmente a la voz del protagonista, un adolescente ochentero dotado de una mirada sumamente gamberra y extraordinariamente divertida que se apodera de la historia convirtiéndola en algo completamente original. Porque la historia de Jim Finnegan es su historia, su vida, no la de alguien que en su vida sufrió abusos, sino la de alguien que vivió muchas cosas, una de las cuales, sin duda una de las importantes, fue su terrible y continuada experiencia con un sacerdote, pero que no nos cuenta sólo esa y que ni siquiera la sitúa en el centro.… Leer la reseña completa del libro "Canta, sucio niñato, de Kevin Maher" “Canta, sucio niñato, de Kevin Maher”
El eco de los disparos, de Edurne Portela
Es muy posible que, cuando un libro te resulta incómodo – no digo esto como algo negativo – sea porque hace que algo en tu interior resuene con lo que ya has vivido. Uno no sabe, a veces, muy bien cómo explicarlo pero es como si al leer se atragantaran las palabras y tuviera que dejar la lectura por momentos, esperando el momento oportuno para continuar con lo que el autor, sea quien sea, nos ofrece. Más adelante, en el siguiente párrafo, hablaré de por qué El eco de los disparos ha suscitado más de un sentimiento de incomodidad en su lectura, pero baste decir, en un principio, que puede que algunas heridas todavía no estén cicatrizadas y que, como bien explica Edurne Portela, mucho de todo esto proviene del silencio – obligado o no, cada uno debe elegir lo que le convenga – que en una época muchos tuvimos que ver cómo se convertía en evidencia, en una especie de pasividad que constreñía no sólo la garganta sino el pecho, en un intento vano por gritar sin poder hacerlo del todo.… Leer la reseña completa del libro "El eco de los disparos, de Edurne Portela" “El eco de los disparos, de Edurne Portela”