El trágico destino de Birdie Bloom, de Temre Beltz
Siempre he pensado que desde que nacemos nuestro destino ya está marcado. Pero al mismo tiempo creo que somos libres de elegir el rumbo que tomarán nuestras vidas, porque nuestras decisiones son las que cuentan, las que moldearán nuestro futuro. Sé que a primera vista parecen dos ideas contrarias, pero me explicaré.
Aunque podamos venir al mundo con un destino ya fijado que va en función de la familia en la que hayamos nacido, época, sociedad, creencias y demás que nos empujarán a tomar un camino u otro, también si somos lo suficientemente valientes y fuertes de mente y de corazón, seremos capaces de borrar esa línea dibujada en el mapa de nuestra vida y trazar una nueva que nos lleve por donde realmente deseemos.… Leer la reseña completa del libro "El trágico destino de Birdie Bloom, de Temre Beltz" “El trágico destino de Birdie Bloom, de Temre Beltz”
Imaginaos que estáis en Nueva York, es Navidad, y os encontráis deambulando por los pasillos de una de vuestras librerías favoritas a la caza de vuestra próxima lectura, de repente lo veis, su lomo rojo resalta entre todos los demás, y como si fuerais un imán atraído por la irresistible fuerza de un campo magnético alargáis el brazo y lo cogéis. Pero, no se trata de un libro, sino de un cuaderno rojo, ¿qué hacéis? La respuesta creo, es obvia: abrís el cuaderno y seguís sus instrucciones.
Ya sabéis que las series de teenagers y sus dramas son mi secreto confesable. Mi historial de Netflix lo sabe bien. De vez en cuando, también llevo esta peculiar afición a los libros y me dejo llevar por mi instinto para elegir una novela ligera de adolescentes haciendo cosas de adolescentes. Es una manera genial para despejar la mente y volver un poco a aquella época tan divertida y, al mismo tiempo, tan llena de tragedias.
De un tiempo a esta parte he podido observar en las novedades editoriales una gran presencia de retellings o historias basadas en otras ya existentes. Esa forma de querer atraer al público nostálgico (entre el que me encuentro, ya voy avisando) es la que ha hecho que últimamente veamos por todas partes libros basados en historias como La bella y la bestia, Aladdin o La Cenicienta. Y, como no podía ser de otra forma, muchos autores pronto empezaron a elegir La Sirenita como trasfondo de sus obras.
«Hace mucho mucho tiempo, la Bruja de Near vivía en una casa pequeña en el extremo más alejado de la aldea y solía cantarles a las colinas para hacerlas dormir (…). Era muy joven y muy vieja, según hacia qué lado girara la cabeza, porque nadie sabe la edad de las brujas. Los arroyos del páramo eran su sangre, la hierba era su piel y su sonrisa era amable pero afilada a la vez, como la luna en la negra noche…». Así comenzaba la historia que el padre de Lexi le contaba todas las noches. Pero desde que él ya no está, es Lexi, que ya ha cumplido dieciséis años, la que se la cuenta a Wren, su hermana pequeña, de cinco.… 
¿Quién no recuerda los veranos de su adolescencia? Esos sí que eran intensos. Parecía que el mundo entero frenaba en seco, sobre todo si viajábamos a otro lugar, lejos de la ciudad. Las obligaciones del instituto y las riñas con los amigos quedaban atrás; conocíamos gente, experimentábamos nuevas sensaciones y hasta descubríamos otra cara de nosotros mismos, como si, de pronto, fuéramos capaces de todo. Algo así le sucede a Casio Oliver, el protagonista de Una sonata de verano, la tercera novela de Belén Martínez, que ha sido galardonada con el I Premio 
Hay libros destinados a encontrarte en determinadas etapas de tu vida. Palabras que te ayudan a encontrarte de nuevo contigo mismo cuando te sientes perdido, cuando sientes que falta una parte de ti que temes no volver a recuperar. Nunca pensé que esta novela pertenecería a este grupo, pero cuando comencé a leer supe que me ayudaría a afrontar todos los monstruos que necesitaba vencer. Todos esos sentimientos con los que a veces no te quieres encontrar por miedo a sufrir.