Nada vuelve a ser igual después de conocer el abismo. Neal Shusterman lo sabe bien: lo vio de cerca porque uno de los suyos se hundió en él. Y ha escrito esta novela para que sintamos el descenso. Quiere que estemos preparados por si mañana cae uno de los nuestros… o nosotros mismos.
Las enfermedades mentales son ese abismo que nunca se menciona. Igual infravaloramos el poder destructor de la depresión o la ansiedad que huimos de los psicóticos por miedo a que nos hagan daño o nos contagien su locura. Sin embargo, según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cuatro ciudadanos padeceremos alguno de esos trastornos a lo largo de nuestra vida. Por eso es necesario conocer a los monstruos que quizá se agazapan en las profundidades de nuestras mentes o en las de nuestros seres queridos para que, si un día nos arrastran, sepamos a qué nos enfrentamos.
En El abismo, Neal Shusterman cuenta la historia de Caden Bosch, un chico de quince años normal y corriente… hasta que deja de serlo. Poco a poco, su capacidad para relacionarse con los demás se deteriora, comienza a comportarse compulsivamente, aparecen los delirios, las alucinaciones, la paranoia, las voces en su cabeza, la manía persecutoria… Lo que lleva a sus padres a internarlo en un psiquiátrico para jóvenes. Allí, la mente a la deriva de Caden, a bordo de un barco conducido por un capitán tuerto y un loro subversivo, buscará el norte para volver a la realidad, acompañado por una tripulación formada por personajes tan variopintos como el oficial de la derrota o el oficial del entusiasmo.
Como avisa su autor, esta novela no es ficción: las emociones de Caden, los dibujos con los que las expresa, los efectos que le provocan los medicamentos, la relación con su familia y sus compañeros, todo se lo ha transmitido su hijo, que se hundió y resurgió de los rincones más oscuros de su mente. De ahí que la lectura de este libro nos golpee con tanta contundencia, aterrándonos y conmoviéndonos a la vez. La historia que nos narra El abismo es la historia de muchas personas de nuestro alrededor, las conozcamos o no, cuyos pensamientos y actos nos enfadan, nos asustan o nos avergüenzan porque no los entendemos, y somos incapaces de mirarlas de frente y empatizar con ellas. Neal Shusterman logra que comprendamos cómo se sienten los que padecen enfermedades mentales, rompiendo esos tabús que los estigmatizan socialmente y dejándonos claro que nada es inevitable, ni siquiera la locura.
Hay centenares de libros que nos hacen viajar a lugares lejanos que nos encantaría visitar, pero muy pocos que nos hagan mirar dentro de nuestras mentes, a esos monstruos escondidos que nunca desearíamos conocer de primera mano. Por eso, esta novela ha sido galardonado con el National Book Award en 2015 y con el Golden Kite Award en 2016; son los merecidos reconocimientos a un libro necesario para la literatura y para la vida. Desde ya digo que será uno de mis favoritos del año, pues ha cambiado mi forma de ver muchas cuestiones. Nada volverá a ser igual después de haber leído El abismo.
Lo conocía pero no me había parado a mirar detenidamente. Me parece que puede ser una gran lectura, el universo de las enfermedades mentales puede ser demoledor y, así de entrada, denominarlo “abismo” me parece más que acertado.
A mí me ha encantado, por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Asusta, emociona, remueve; lo tiene todo.
Saludos.