El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald
The Great Gatsby. Si fue el editor o directamente Scott Fitzgerald, se merecen el reconocimiento por establecer un título que es marca de la literatura universal y en especial si se habla de la norteamericana. No importaba que yo no supiera sobre que iba la novela…bastaba con una mención a Gatsby que sabía que se trataba de una novela. Después de darle vueltas al asunto, de haberme equivocado al estar casi segura que mi mamá lo tenía cuando en realidad no era así y de que mi amiga se lo comprara, lo puse en la lista de lecturas en espera. De la nada misma, revisando la vieja biblioteca de mi abuela, lo encontré. Y no pude más: Tenía que ir más allá del mero nombre reconocido que rondaba mi cabeza.
Nick Carraway. Quizás el lector espera que Gatsby sea quien narre la historia, protagonista de su propio relato. Pero no, es Nick…un joven que llega a Long Island y cuyo hogar es lindante a la gran mansión de un misterioso hombre conocido en la región tan sólo como Gatsby. Sobre él, se enterará un poco más a través de su prima Daisy y su marido Tom.
¿Quién es El gran Gatsby? Se conjetura que es un espía, que a sus fiestas asisten todos pero muy pocos realmente saben quién es. Y cuando la curiosidad va ganando terreno en la cabeza de Carraway, la invitación a una de las famosas reuniones se convierte en realidad. Entre el grupo de ricos que pasean por el jardín, Carraway deambula y en la casualidad de hablar con los desconocidos se encuentra hablando con el mismo anfitrión.
Cuando finalmente los personajes comienzan a relacionarse salen a flote algunos secretos de la vida perfecta de este grupo de personas: amores viejos, engaños actuales y mentiras que se entrecruzan para continuar apuntando al misterio que significa Gatsby.
Si el nombre Scott Fitzgerald significa algo importante en la literatura es por este libro, principalmente. Confieso que Gatsby es un personaje atractivo que navega entre la expectativa ante algo oscuro detrás de su persona y su otra faceta de amigo de Carraway. Este último no es más que el relator que cuenta la realidad americana de la década del 20. Por ese ambiente aristocrático, donde uno se imagina los largos cigarros, las perlas en los cuellos de las mujeres, los sombreritos sobre sus cabezas y los labios pintados en tonos fuertes, ya vale la pena leerlo.
Ir más allá sería hablar de la escritura de Fitzgerald, que es ágil y lejos de ser trabada, tiene acomodado cada momento especial para ir revelando cada secreto. Pero eso sí, darnos de frente de manera abrupta con el final. Los giros que tiene la novela y la burla que significa al grupo de ricos americanos, con los chismes y la maldad como marca registrada.
Decir algo de una novela que ya fue llevada a la pantalla grande en más de una ocasión, que tiene un peso propio desde su nombre y su autor, es un desafío. Pero es así la forma de seguir recordando porque los clásicos son catalogados como tales.
Rosario Arán (rosearan@librosyliteratura.es)
Leí este libro creo que el verano pasado. Y es como lo cuentas. Quiero decir que estoy de acuerdo con tu opinión sobre esta obra. Creo que una de sus más grandes virtudes es hacer comprender al lector que bajo una apariencia de glamour, opulencia y bienestar, la miseria humana ocupa buena parte de las existencias. En este sentido, la novela es como ir pelando una cebolla. Muy recomendable
Armando:
Muchas gracias por tu comentario!
Me pareció miuy acertado lo de “ir pelando una cebolla”. Uno espera una cosa y al final quien menos querible parece, se convierte en el mejor de todas esas personalidades.
otro eterno pendiente…ayyy a ver si me aplico para ir haciendo más pequeña esa lista. Parece que, como dice la mamá de una amiga, en este libro “no hay corazón desocupado” cada quien tiene sus preocupaciones, anhelos y distracciones…me lo apunto ¡Gracias Rosario!
Ahora esa curiosidad que era tuya hasta que no aguantaste más, me la contagiaste amí, ya que estoy en una etapa de empezar a leer esos libros famosos de nombre, la montaña mágica, El último encuentro, etc; así que antes de fin de año le llegará el turno a este libro que me recomendas; saludos!