El otro amor, de Javier García Sánchez
Hay veces que voy a las librerías para andar entre libros. Sí, soy de esa rara avis que queda todavía que por el simple placer de ver los libros que hay en las baldas, se puede quedar horas mirando los títulos, los autores, los resúmenes, y oliendo el papel de un libro recién abierto. Y, en ocasiones, voy a las librerías con un objetivo claro: encontrarme con algún libro que no vaya buscando. En uno de esos caminos, me dí de bruces con El otro amor, que parecía que con su canto rojo y sus letras blancas me llamaba desde la estantería. Quizá fui yo, quizá que en un momento determinado de nuestra vida hay libros que nos llaman, pero el caso es que lo cogí, leí el resumen que aparecía en la contraportada y me dirigí a mi casa a sentarme en la cama y empezar a leerlo. Es difícil describir lo que sentí, lo que pudo decirme este libro en su momento, pero para eso estamos aquí, ¿no?, pues a ahí vamos.
Eva trabaja en una funeraria y aunque su trato con el mundo de los muertos es una pura transacción comercial, el día que recibe la visita de la Muerte, hace que todo su mundo se tambalee. Recibe un mensaje claro: le queda un año de vida. Es entonces cuando Eva se mira a sí misma, se examina a conciencia y se da cuenta que no ha amado nunca, que quiere una segunda oportunidad para poder experimentar todo lo que se ha perdido.
El otro amor no es un libro fácil. No se trata de un libro donde se toquen sentimientos como el amor, la tristeza, la melancolía, la alegría, y un sin fín más de palabras que manejamos en el día a día, de una manera superficial. En esta pequeña gran historia donde el viaje por los sentimientos se hace en profundidad, sin airbags que vengan de serie, porque en realidad la vida es eso, pequeños navegantes, meternos en profundidad de vez en cuando en lo que sentimos, en lo que vivimos, en las cosas que nos suceden para darles un significado propio y, después, seguir adelante. Porque, ¿quién no se ha preguntado alguna vez qué pasaría si supiera cuando va a morir? ¿Haríamos algo en concreto? ¿Nos arrepentiríamos de no haber hecho o dicho aquello que ansiábamos hacer o decir? Y es que, todas esas preguntas, encarnadas en Eva, se nos presentan como un golpe directo al corazón. Pero repito, este libro no es fácil, aunque sí interesante. Es de esos libros que necesitas digerir, en el que necesitas digerir las palabras por las que se posan los ojos y las líneas que forman las palabras con las que nos encontramos. Es un arriesgado intento de explicarnos un sentimiento tan universal como complicado: el amor
Pero no sólo un amor por los demás, ese que damos a ciertas personas que se encuentran a nuestro alrededor. Esta historia habla, sin duda, del amor hacia uno mismo, de los fantasmas que creamos en nuestra vida, de las dudas que pueden encoger ese pequeño músculo que es el corazón, pero que nos mantiene con vida, intentando no perder ni una sola gota del aliento que tenemos en el interior. El otro amor es una historia con fuerza, dura, real (el elemento de ficción de la Muerte no deja de ser una analogía sobre el cambio que nos sobreviene en algún momento de la vida), conmovedor, y tan estimulante que, cuando cierras el libro porque ya has llegado al final, se necesita un pequeño momento para procesar que todo lo que has leído puedes haberlo sentido tú, yo, que, en realidad, lo podemos sentir todos nosotros. Por eso este libro es tan especial para mí. Para alguien dado a conectar con los personajes más complicados de las historias, esta novela se convirtió en todo un examen, en una historia que se me metió tan en el bolsillo, en los huesos, en la cabeza, que aun hoy, años después de mi primera inmersión en esta historia, sigo visitando ciertos pasajes dándome cuenta que no ha perdido ni un ápice de esa sorpresa que me encontré la primera vez.
Y es que, como en los primeros amores, cuando volvemos a los libros que nos han tocado de lleno, nos encontramos con aquello que nos ofrecieron y con aquello que fuimos.
Te agradezco, Sergio, esta reseña de forma especial, porque Javier García Sánchez es un autor, para mí, fascinante, verdaderamente un caso singular en las letras españolas. Es un autor que me parece muy audaz, que se aventura en territorios donde la mayoría no se atreven. Coincido contigo en que no es un autor fácil, ni seguramente mayoritario, pero sí es inmensamente gratificante.
Coincido contigo, además, en que sus libros simplemente quedan en la memoria, marcan, son inolvidables. Su obra “La dama del viento sur” es uno de mis libros favoritos; más que un libro, una experiencia.
No sabía nada de este libro, y lo buscaré.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario Leire! 😀
Por cierto, con ese nombre y apellido, tú tienes que ser del norte como yo!! La verdad es que cuando leí este libro me dejó con un agujero en el estómago brutal. Supongo que será una cuestión de la situación personal de cada uno, o qué sé yo. El caso es que hay muchas veces, como ya he puesto en la reseña, que vuelvo a este libro porque hay frases que realmente merecen la pena ser leídas una y otra vez!
Un saludo!!
No conocía el libro pero ya estoy apuntándolo para leer tras tu maravillosa reseña. Se nota que has disfrutado este libro y que te ha calado hondo.
Besotes!!!
No puedo no apuntarlo entre los libros que quiero…es que has hecho una reseña tan bonita que es imposible no querer leerlo.