Me ha costado mucho decidir cómo iba a enfocar la reseña de esta novela, confieso. Yo escribo un poco por impulso sobre lo que me sugiere lo que leo, las sensaciones que he tenido, lo que me ha recordado. Luego tengo que pararme bastante a elaborar lo que quería decir porque al principio es algo caótico.
Me diréis que empiece por el principio, que suele ser lo más sencillo, pero ¿cuál es el principio en una reseña?, ¿existe un manual de reseñas?, ¿el libre albedrío es lo más auténtico?, ¿o quizá un cuidado descuido sería lo más natural? Yo estoy algo asilvestrada en esto de escribir reseñas, así que voy a hacer lo que el instinto me dicta.
Después de esta introducción, introspección o reflexión filosófico-literaria os voy a contar de qué va la novela que acabo de leer y las sensaciones que me ha despertado, intentando que sea de forma ordenada. Empezaré por el argumento para poneros en situación.
El escenario es Buell, condado de Fayette, norte de Pensilvania; un lugar precioso en otro tiempo, con bosques, montañas y ríos. Ahora es un sitio abandonado, después de haber sido una zona de explotación industrial del acero. Aquí no he podido evitar trasladarme a zonas del País Vasco y Asturias. Tanto por lo del paisaje como por lo del desmantelamiento industrial. Yo no he leído estudios, si es que los hay, sobre cómo influyó el cierre de un montón de industria o minas en estas zonas, pero recuerdo de primera mano Sestao, que para el que no sepa, es una población entre Bilbao y Santurce, que prácticamente nació y se desarrolló por y para Altos Hornos. Cuando estos cerraron, la crisis que generó a nivel sobre todo social, es de antología y digna de estudio.
Es este lugar crece Isaac, que es uno de los protagonistas. Creo que El valle del óxido es una novela coral, porque aunque el joven Isaac es uno de los personajes principales, tienen mucha o tanta importancia otros que podrían parecer secundarios. Este chico tiene 20 años y una inteligencia superior. Vive con su padre, inválido, del que se ha responsabilizado desde que murió su madre (suicidio) y su hermana Lee se marchó a estudiar y a prosperar en la vida. Quiere ir a California a estudiar astrofísica; supongo que el cielo y las estrellas le gustan más que su mundo en la tierra. Tiene un amigo, que en principio no le pega nada, Poe, el típico chico popular en el instituto porque era deportista, aunque nada sobrado de inteligencia, que suele solucionar sus conflictos a golpes y ha dejado escapar una gran oportunidad universitaria. Vive con su madre, Grace, en una caravana. Le gusta comer lo que caza de forma furtiva y no hace nada mucho más productivo. La historia comienza cuando los dos chicos están alejándose del pueblo, porque Isaac ha decidido escapar de casa, llevándose todo el dinero que tenía el padre, y quiere convencer a Poe de que lo acompañe en su huida a California. Poco después de salir del pueblo vivirán un acontecimiento terrible, que marcará el resto de la historia.
La novela está estructurad en seis libros, y dentro de ellos, en capítulos con el nombre del protagonista del capítulo. Así que vas viendo cómo cada uno va viviendo los acontecimientos y la forma de contarlo es diferente. Isaac es un chico con una mente compleja por lo que sus capítulos también lo son. Poe es un chico bastante simple y el aire de las partes dedicadas a él también son más despreocupadas. Grace, la madre de Poe, es sufridora, triste, y te lo transmite. Y así con todos los personajes. El tiempo de la historia es corto, solo pasan unos días, pero muy intenso. Son importantes en el devenir de la narración el policía Harris y Lee, la hermana de Isaac. Es una novela compleja, pero no es difícil de leer. Me ha parecido muy elaborada, un gran trabajo literario.
Este es un libro oxidado, como su propio título indica. He tenido todas estas sensaciones mientras leía la novela: olor a viejuno, estropeado, corrompido, agua estancada y contaminada; ropa sucia, rancia. También he experimentado tristeza, desesperanza, dolor, soledad, arrepentimiento, injusticia y abandono. He visto ocre, amarillo sucio, marrón y muchas manchas. He saboreado amargura y acritud.
Según la contraportada, Philipp Meyer, quería explorar la pérdida del sueño americano, siguiendo el ejemplo de las novelas sobre la Gran Depresión. Por mi parte el objetivo está más que conseguido. Yo no sé si el sueño americano hace tiempo que no existe, pero la pérdida de los personajes de esta novela es total, casi todos tienen motivos para la depresión, verdaderamente. Es un libro duro y triste, pero no quiero que os quedéis solamente con el sabor amargo. También hay amor, amistad y un rayo de esperanza.