Guerra y paz, de Lev Tolstoi
Hay bastante polémica acerca de las diversas traducciones al español que de Guerra y paz existen; algunas se hicieron no del original en ruso, sino de la traducción al francés; y se dice también que, según la traducción que se lea, incluso la historia es diferente. Quien está escribiendo esta reseña opina que la fuerza de algunas joyas literarias es tal, que sea cual sea la traducción, siempre que se haya hecho desde la honestidad y el respeto -y son de suponer estas cualidades a cualquier traductor digno de ese nombre-, será permeada por esa fuerza y el lector accederá a la esencia del espíritu del original, a toda su verdad y su belleza. Por eso, dejemos a los expertos el debate sobre qué traducción es más aconsejable; aunque, para los lectores más interesados en este tema, justo es decir que esta reseña se refiere a la versión de las hermanas Irene y Laura Andresco, publicada por la editorial Aguilar en sus Obras Completas de Tolstoi. Como parece que este libro está ahora descatalogado, y siguiendo la opinión expuesta más arriba, me tomo la libertad de recomendar la lectura de Guerra y paz en cualquiera de sus traducciones.
No en vano es una de las obras mayúsculas de la literatura universal, prácticamente a la altura del Quijote de Cervantes. Son unas mil páginas de sabiduría, de hondura psicológica, de riqueza expresiva, de romanticismo, de costumbrismo, de hazañas bélicas, de retazos históricos, de ardor patriótico, de descripción de almas individuales y de un alma colectiva, nacional, familiar; de filosofía. Como las grandes obras literarias, es muchas novelas en una.
Guerra y paz narra la historia de varias familias e individuos en la Rusia de los zares durante la invasión de este país por parte de Napoleón, aunque el relato abarca unos cincuenta años. Desfilan por sus páginas multitud de personajes -algunos de ellos históricos, como Napoleón y el zar Alejandro I-, que establecen entre ellos relaciones de todo tipo: familiares, de amistad, de amor, de desencuentro, de compañerismo, de antagonismo. Los personajes principales -el príncipe Andrés Bolkonski, el heredero Pierre Bezujov y Natacha Rostova, hija de una familia venida a menos- adquieren tal profundidad, y Tolstoi se ocupa tanto de ellos, de sus cuitas, de sus búsquedas interiores, que, para cuando llegamos al final de la lectura, se han convertido para nosotros en personas de verdad, en referentes en los que podemos vernos reflejados. Hemos caminado con ellos a lo largo de su proceso de maduración, de una forma o de otra: en el caso de Natacha, cuando comienza la novela es una niña, y nos despedimos de ella siendo ya una mujer madura; con Pierre y Andrés, la maduración es más un proceso de aprendizaje y de cambio. Pero los personajes secundarios adquieren también una humanidad tal, que sus historias nos impactan y nos emocionan con la misma potencia, y nos conmovemos con la vida y el destino de Sonia, del pequeño Petia Rostov, de la esposa del príncipe Andrés, de la princesa María, incluso de un personaje histórico que aparece aquí novelizado, como el príncipe Kutuzov.
Tolstoi nos habla de las guerras napoleónicas -y, para quien no cuente entre sus preferencias lectoras con la prosa épica, los pasajes bélicos pueden resultar un reto, aunque están tan admirablemente narrados como todo lo demás en esta novela-, pero la lectura más profunda y constante de esta obra puede ser esta otra: la reflexión que nos propone Tolstoi acerca de la búsqueda de la paz en medio de la guerra; de la paz social, de la paz familiar, de la paz nacional, pero, sobre todo, de la paz personal, interna, en medio de las adversidades de la vida, que son básicamente las mismas en la época en que viven sus personajes como en la que vive el lector, cualquiera que éste sea. (No olvidemos que Tolstoi quiso ser, ante todo, filósofo y divulgador de sus ideas, antes que literato.) ¿Es posible hallar la paz interior en medio de la metafórica guerra?, nos pregunta Tolstoi. La respuesta nos la dan las vicisitudes y el destino de sus personajes, y es un clamoroso “Sí”. Es en el desarrollo último de esta tesis donde Guerra y paz alcanza sus cimas expresivas, estéticas y de contenido. Imposible olvidar el momento en el que el príncipe Andrei vive una epifanía en medio del campo de batalla, sintiéndose morir. O el proceso por el cual la princesa María encuentra la dicha y cumple su destino tras haber sido esculpida por las dificultades. Sentimos también la compasión por la fatalidad que hallan otros personajes, aunque nos hayan parecido malvados o equivocados. La vida es mucho más grande que las acciones que llevemos a cabo, parece decirnos Tolstoi, a pesar de que dichas acciones parezcan magníficas o decisivas en un momento histórico determinado; pero su valor es relativo, incluso cuando se es Napoleón; ésta es otra lección que parece querer enseñarnos o, al menos, proponernos Tolstoi. Por eso, por encima de los hechos vitales y aun históricos concretos que se nos narran, y envolviéndolos y superándolos, está la vida y el secreto de la existencia según Tolstoi. El autor, como hace cualquier novelista, nos ha contado una mentira -elaborada, entretenida, densa, trabajada- para contarnos una verdad, su verdad, y es ésta la que se queda con nosotros una vez finalizada la lectura.
Guerra y paz es una novela intensa, detallista, novela filosófica y de ideas y por tanto muy personal, irregular -y en su imperfección de ritmo y narración está el secreto de su perfección- e imposible de resumir y de elogiar suficientemente en una reseña como ésta. Lo mejor que se puede hacer es leerla. Por favor, léanla.
Ya sabía yo que Guerra y Paz y tú haríais buenas migas. Enhorabuena por la reseña, me ha alegrado mucho leerla. Yo, por cierto, sí que creo en la importancia fundamental de la traducción en los clásicos rusos: en este caso recomiendo la edición del taller de Mario Muchnick, que es de Lydia Kúper.
Andrés, es que tú eres nuestro experto en literatura rusa 😉 Para mi relectura, elegiré la traducción de Kúper.
Gracias por tu comentario 🙂
Saludos.
Me ha gustado mucho tu reseña. Estoy intentando encontrar la edición de Kúper pero es prácticamente imposible. Después de dicha edición ¿alguien sabe cual es la mejor? Porque la de Mondadori a través de Gala Arias Rubio no es muy buena, además no incluye la obra entera, siendo esta edición la traducción del primer borrador que hace Tolstoi antes de escribir la obra “completa”.
Gracias.
¡Gracias por tu amable comentario!
Yo leí la traducción de las hermanas Andresco. Ignoro si se sigue publicando o está descatalogada, pero no es difícil localizarla en bibliotecas públicas. Espero que tengas suerte.
Muy buena reseña, acabo de descubrir el blog y mi más sincera enhorabuena, me ha gustado mucho, me dejaré caer por aquí de vez en cuando
Muchísimas gracias, Rubén, muy amable. Espero que disfrutes de nuestro blog 🙂
Es un libro que hace mucho tiempo he querido leer, pero entre otras lecturas y mucho trabajo no había podido. Pero ya prometo que antes de semana santa lo empiezo a leer …
Por cierto, muy bueno tu blog.
1/ ENHORABUENA, Leire, por tu estupenda reseña de Guerra y Paz. Como complemento a la misma, me gustaría reseñar algunos pasajes que fui subrayando mientras leía la obra, y que, espero, n/ amig@s lectore/as disfrutarán tanto como yo los disfruté, y los sigo disfrutando (algunos pasajes los repaso mentalmente cuando me acuesto; MÁS SOBRE ÉSTO EN MIS COMENTARIOS DEL 16 DE JUNIO A LA RESEÑA A “MADAME BOVARY, DE GUSTAVE FLAUBERT” DE SUSANA HERNÁNDEZ.
Los 2 tomos que yo dispongo fueron editados por la añorada, y justificadamente denostada (por sus ¿encuadernaciones?, sobre todo las comprendidas en su colección LIBRO AMIGO, ya que, como te diera y te de por abrir demasiado el libro, más o menos se descuajaringaba) EDITORIAL BRUGUERA.
LA TRADUCCIÓN ES DE LOS MUY ADMIRADOS POR MÍ “FRANCISCO JOSÉ ALCANTARA, Y JOSÉ LAIN ENTRALGO”, DIRECTAMENTE DEL RUSO. EL COPYRIGHT ES DE “VERGARA, S.A. 1.960”, EDITORIAL DE LA QUE SE NUTRIÓ CÍRCULO DE LECTORES EN SUS COMIENZOS.
A propósito, quiero dejar constancia aquí DE LA MUCHÍSIMA ADMIRACIÓN QUE SIENTO POR “PRINTER, INDUSTRIAS GRÁFICAS”. PARA MÍ SI NO LA MEJOR, UNA DE LAS MEJORES IND. GRÁF. DEL PAÍS, E INTERNACIONAL (otra de las muy admiradas por mí es MATEU CROMO). Pocos libros impresos por otras I. G. he leido que “DESPRENDAN UN OLOR TAN MARAVILLOSO COMO LOS QUE DESPRENDEN LOS IMPRESOS POR ELLA”.
Y ¿QUÉ DECIR DE SUS DIVERSAS TIPOGRAFÍAS, Y DE SUS DIVERSOS FORMATOS?. SENCILLAMENTE, MARAVILLOSOS.
2/ VARIAS MUESTRAS DE LO “MARAVILLOSAMENTE” QUE ESCRIBÍA LEÓN TOLSTOI, Y DE LO MARAVILLOSAMENTE QUE LAS TRADUJERON FRANC. J. ALCÁNTARA, Y JOSÉ LAÍN ENTRALGO:
VOLUMEN 1 / LIBRO PRIMERO / 1ª PARTE / XXII / LA PRINCESA [ MARÍA] ERA TAN DESORDENADA COMO ORDENADO ERA SU PADRE. DEJÓ EL CUADERNO DE GEOMETRÍA Y ABRIÓ CON PRISA LA CARTA. ERA DE SU MÁS ÍNTIMA AMIGA DE LA INFANCIA, DE AQUELLA JULIA KURAGUIN QUE ASISTIERA A LA FIESTA DE LOS ROSTOV.
JULIA ESCRIBÍA EN FRANCÉS:
“QUERIDA Y EXCELENTE AMIGA: ¡QUÉ COSA TAN TERRIBLE Y ESPANTOSA ES LA AUSENCIA! POR MUCHO QUE ME DIGO QUE LA MITAD DE MI EXISTENCIA Y FELICIDAD ERES TÚ Y QUE, A PESAR DE LA DISTANCIA QUE NOS SEPARA, NUESTROS CORAZONES ESTÁN UNIDOS CON INDISOLUBLES LAZOS, EL MÍO SE REBELA CONTRA EL DESTINO. Y, A PESAR DEL PLACER Y LAS DISTRACCIONES QUE ME RODEAN, NO PUEDO VENCER CIERTA TRISTEZA QUE SIENTO ESCONDIDA EN EL FONDO DE MI CORAZÓN DESDE QUE NOS SEPARAMOS.
[…] ¿POR QUÉ NO PUEDO, COMO HACE TRES MESES, HALLAR NUEVAS FUERZAS EN TU MIRADA, TAN DULCE Y TAN PENETRANTE, MIRADA A LA QUE TANTO QUIERO Y QUE CREO TENER AÚN DELANTE MIENTRAS TE ESCRIBO?”
(Y unos párrafos antes) BIEN, SEÑORITA, ESTOS TRIÁNGULOS SON SEMEJANTES: MIRA EL ÁNGULO A B C.
LA PRINCESA MIRABA CON MIEDO A LOS OJOS BRILLANTES DEL PADRE; LOS COLORES SE LE SUCEDÍAN N EL ROSTRO; ERA CLARO QUE NO ENTENDÍA NADA Y QUE EL MIEDO LE IMPEDÍA COMPRENDER LAS EXPLICACIONES DEL PADRE, POR MUY CLARAS QUE FUESEN.
¿DE QUIÉN ERA LA CULPA, DEL MAESTRO O DE LA DISCÍPULA? CADA DÍA SE REPETÍA LA ESCENA: LOS OJOS DE LA PRINCESA SE VELABAN, LA JOVEN DEJABA DE VER Y DE COMPRENDER; SÓLO SENTÍA, CERCANO, EL ROSTRO ENJUTO DE SU PROFESOR, SU ALIENTO Y SU OLOR, Y NO PENSABA MÁS QUE EN SALIR LO ANTES POSIBLE DEL DESPACHO Y VOLVER A SU HABITACIÓN PARA DESCIFRAR LIBREMENTE EL PROBLEMA. EL ANCIANO PERDÍA SU PACIENCIA, RETIRABA Y ACERCABA LA SILLA EN QUE ESTABA SENTADO, `[…]
LA PRINCESA SE EQUIVOCÓ AL DAR LA RESPUESTA:
¡YA ESTÁ! ¡NO ERES MÁS QUE UNA ESTÚPIDA!, GRITÓ EL PRÍNCIPE, APARTANDO EL CUADERNO Y VOLVIÉNDOSE RÁPIDAMENTE; SE LEVANTÓ, DIO UNOS PASOS POR LA ESTANCIA, POSÓ UNA MANO SOBRE LOS CABELLOS DE SU HIJA Y VOLVIÓ A SENTARSE.
PROSIGUIÓ SU EXPLICACIÓN. NO PUEDE SER ESTO, PRINCESA, NO PUEDE SER, DIJO CUANDO LA JOVEN HUBO CERRADO EL CUADERNO Y ESTABA YA PRONTA A MARCHARSE. LAS MATEMÁTICAS SON UNA GRAN COSA, QUERIDA MÍA. NO QUIERO QUE TE PAREZCAS A NUESTRAS NECIAS DAMISELAS. TE ACOSTUMBRARÁS Y ACABARÁN POR GUSTARTE. LE ACARICIÓ LAS MEJILLAS. TERMINARÁS POR VENCER ESA TORPEZA.
3/3 / 3ª PARTE / IV / COMO SUCEDE SIEMPRE QUE LAS MUJERES VIVEN AISLADAS, SIN LA COMPAÑIA DE ALGÚN HOMBRE JOVEN, CON LA APARICIÓN DE ANATOLIO, LAS TRES MUJERES DE LA CASA DE NICOLAI ANDRÉIEVICH COMPRENDIERON QUE SU VIDA HASTA ENTONCES NO HABÍA SIDO VIDA. EN UN INSTANTE MULTIPLICÓSE EN ELLAS LA FACULTAD DE PENSAR, DE SENTIR Y OBSERVAR; AQUELLA COMÚN EXISTENCIA, HASTA ENTONCES SUMIDA EN UNA PENUMBRA, PARECIÓ LLENARSE DE IMPROVISO DE UNA NUEVA LUZ VIVIFICANTE.
1ª PARTE / III / “VENID AQUÍ, CHÉRE HÉLENE”, DIJO ANNA PÁULOVNA A LA PRINCESA, QUE, SENTADA UN POCO MÁS ALLÁ, ERA EL CENTRO DE OTRO GRUPO.
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LA PRINCESA ELENA SONREÍA; LEVANTÓSE CON LA MISMA INVARIABLE SONRISA DE MUJER HERMOSÍSIMA CON QUE HABÍA ENTRADO EN LA SALA. CON EL LEVE CRUIJIDO DE SU TRAJE DE BAILE, BLANCO, ADORNADO DE TERCIOPELO; BRILLANTE POR LA BLANCURA DE LOS HOMBROS, EL ESPLENDOR DE SUS CABELLOS Y LOS DIAMANTES, SE ADELANTÓ, ENTRE LOS HOMBRES QUE LE ABRÍAN PASO, ERGUIDA, SIN MIRAR A NINGUNO, PERO SONRIENDO A TODOS, COMO REGALANDO EL DERECHO A ADMIRAR LA BELLEZA DE SU PROPIA FIGURA, DE SUS BRAZOS TORNEADOS, DE LA ESPALDA, DEL ESCOTADÍSIMO PECHO (SEGÚN LA MODA DE LA ÉPOCA);
Y LLEVANDO CONSIGO EL ESPLENDOR Y EL BRÍO DE LA DANZA, ACERCÓSE A ANNA PÁVLOVNA.. ELENA ERA TAN HERMOSA, QUE, NO SÓLO NO HABÍA EN ELLA SOMBRA ALGUNA DE COQUETERÍA, SINO QUE, AL CONTRARIO, PARECÍA AVERGONZARSE DE SU PROPIA BELLEZA, LA CUAL SOBRESALÍA DEMASIADO EXULTANTE Y VICTORIOSA; PARECÍA DESEAR REDUCIR SUS EFECTOS, AUNQUE SIN CONSEGUIRLO.
3ª PARTE / XII (AL FINAL) / LA NOCHE ERA HERMOSA; A TRAVÉS DE LA NIEBLA SE FITRABA LA LUZ MISTERIOSA DE LA LUNA. “SÍ, MAÑANA, MAÑANA”, PENSABA; “TAL VEZ MAÑANA HABRÁ CONCLUIDO TODO PARA MÍ; NO EXISTIRÁN YA ESTOS RECUERDOS, NI TENDRÁN PARA MÍ SENTIDO ALGUNO”; …
“¿QUÉ HARÁS LUEGO?. LUEGO” … SE RESPONDE EL PRÍNCIPE ANDREI, “NO LO SÉ, NO LO SÉ. NI QUIERO NI PUEDO SABERLO. PERO SÍ LO DESEO, SÍ AMBICIONO LA GLORIA, SÍ QUIERO QUE LOS HOMBRES ME CONOZCAN Y AMEN, ¿SOY CULPABLE DE NO QUERER OTRA COSA, DE NO VIVIR MÁS QUE PARA ESTO? ¡SÍ, SÓLO PARA ESTO!.
A NADIE SE LO CONFESARÉ JAMÁS, PERO , DIOS MÍO, ¿QUÉ LE VOY A HACER SI NO AMO MÁS QUE LA GLORIA Y EL AMOR DE LOS HOMBRES? LA MUERTE, LAS HERIDAS, LA PÉRDIDA DE MUCHOS HOMBRES, DE MI PADRE, DE MI HERMANA, MI MUJER, LOS SERES QUE ME SON MÁS QUERIDOS; PERO, POR TERRIBLE Y CONTRARIO A LA NATURALEZA QUE PAREZCA, YO LO ENTREGARÍA TODO SIN VACILAR POR UN SOLO MOMENTO DE GLORIA, DE TRIUNFO SOBRE LA GENTE, POR GANARME EL AMOR DE UNOS HOMBRES A LOS QUE NO CONOZCO NI CONOCERÉ JAMÁS , POR EL AMOR DE ESOS HOMBRES,” SE DECÍA, PRESTANDO ATENCIÓN A LAS VOCES QUE SE OÍAN EN EL PATIO DE KUTÚZOV. …