“La ciencia proviene de la magia. Y la magia es, ni más ni menos, que una manera de entender y alterar los sistemas y procesos invisibles del mundo.”
Tengo que reconocer que nunca he sido demasiado fan de los cómics y las novelas gráficas. Siempre he sido más de novela y teatro y, cuando he entrado en una librería, nunca me ha llamado la atención ni siquiera el pasarme por esa sección. No sé si ha sido por desconocimiento o por falta de interés, pero he estado muy equivocada hasta ahora. Creo que es necesario que, como lectores, abramos nuestra mente a nuevas experiencias literarias, ya que solo así podremos conocer por nosotros mismos si nos interesa o no, o si hay algo en ellas que nos pueda aportar algo positivo y de lo que poder aprender.
Así es como descubrí el apasionante mundo del cómic y continúo descubriéndolo gracias a obras brillantes como Inyección. Lo primero que me llamó la atención de este fue, además de su magnífica y oscura portada, su mezcla entre la ciencia y el suspense del mundo real con la ciencia ficción y los fenómenos inexplicables. Pero vayamos a la trama. Este libro comienza con un grupo de cinco ambiciosos científicos que, aburridos en sus respectivas vidas, deciden jugar con las leyes de la naturaleza y crean un sistema de aprendizaje inconsciente con el objetivo de instalarlo en internet y cambiar el mundo que los rodea. Sin embargo, este experimento no sale como ellos esperaban y ahora deben pagar un precio…
Esto está presente en cada una de las páginas de este libro, pues está dividido en pasado y presente, siendo el pasado el tiempo en el que este grupo de cinco personajes creó la Inyección y, el presente, todos los problemas y complicaciones que genera este experimento para cada uno de ellos. Y recalco para cada uno de ellos, pues el sentimiento de culpabilidad, ese “precio que deben pagar”, está presente en cada una de sus vidas del presente, si es cierto que en distinta medida dependiendo de quién se trate…
Por este y otros motivos, es muy fácil empatizar con estos protagonistas, sin importar su edad o sexo. En nuestras vidas, todos hemos hecho algo de lo que nos arrepentimos. O, si no lo hemos hecho, es muy posible que en algún momento lo hagamos. Todos cometemos errores. Esto es algo que humaniza a los protagonistas de esta historia y los hace cercanos al lector. Además, es fácil llegar a entenderlos, puesto que la ambición y la necesidad de conseguir algo que cambie nuestro mundo a mejor es algo que todos o casi todos tenemos en nuestro interior.
Pero en este libro no todo es tan fácil de entender. Los fenómenos extraños y el terror se respiran en cada uno de los capítulos y convierten este cómic en una lectura no apta para todas las edades. Y, sin embargo, es una de las cosas que más me ha enganchado de él, junto con el suspense y ese juego contra las leyes de la naturaleza y de la ciencia, que está tan presente y lo hace tan interesante. Hablando de interesante, sería demasiado guay ver esta historia en los cines… Ahí lo dejo caer.
Por último, en cuanto al lenguaje científico que se precisaba en esta historia, creo que está muy bien llevado por parte de los autores, puesto que es fácilmente entendible por todo tipo de personas, incluso para aquellas que, como yo, no tienen ni idea de ciencia. Esta es una de las cosas que más me preocupaban antes de comenzar con este libro y creo que han sabido llevarlo muy bien.
Inyección es de ese tipo de libros que enganchan de principio a fin, que sabe mantener la intriga en cada una de sus páginas y que te obliga a seguir leyendo para descubrir qué es lo que sucederá al final. En tan solo dos días he acabado con el libro y, aún así, siento que quedan más incógnitas por resolver que cuando lo empecé. ¡No puedo esperar para tener el siguiente volumen entre mis manos!