Reseña del libro “La capacidad de amar del señor Königsberg”, de Juan Jacinto Muñoz-Rengel
Descubrí a Juan Jacinto Muñoz-Rengel con El asesino hipocondríaco, una novela divertidísima que sé que tarde o temprano releeré. Después asistí a un pequeño taller de relatos que impartió en una librería de mi barrio y disfruté mucho escuchando su visión sobre la literatura. Tiempo después leí El gran imaginador, una ambiciosa novela que reseñé aquí hace ya algunos años. Y ahora repito con La capacidad de amar del señor Königsberg. Con estas tres novelas me queda clara la principal seña de identidad de este autor malagueño: se esmera en crear protagonistas peculiares que se erigen como eje principal de las historias. Da igual lo que pase, por muy tremendo que sea, porque ellos acaparan toda nuestra atención.
Como no podía ser de otra manera, en La capacidad de amar del señor Königsberg conocemos a Paul Königsberg, un hombre al que sus rutinas, tan rocambolescas como férreas, lo han convertido en el empleado perfecto (y en un hijo muy criticado por su madre). Su personalidad me recordó a la del protagonista de El viaje íntimo de la locura, de Robe Iniesta, otra novela que recomiendo encarecidamente. El señor Königsberg apenas se relaciona con los demás y mucho menos con las mujeres, aunque está enamorado en secreto de una desde hace más de veinte años; creo que no es necesario que señale que ella nunca ha notado nada. Huelga decir que Paul Königsberg es el hazmerreír, todos lo ven como un bicho raro, un inadaptado, el eslabón débil de la cadena; pero cuando se sobrevengan cambios bruscos en el equilibrio social a nivel mundial, les demostrará cuán equivocados están con él.
Y es que Juan Jacinto Muñoz-Rengel no se conforma con descolocarnos con este personaje atípico, sino que en el momento más inesperado nos adentra en una invasión alienígena, en el hundimiento de la civilización humana y en la cacería de vulvas carnívoras; y en tan solo doscientas páginas, ojo. Todo se desmorona en el planeta Tierra, menos el señor Königsberg, por supuesto, que permanece imperturbable hasta que algo muy pequeño es capaz de trastocarlo incluso a él. No diré de qué se trata, claro, sino que os animo a que lo descubráis por vosotros mismos.
Por lo que he explicado, creo que resulta evidente que La capacidad de amar del señor Königsberg es una historia difícil de etiquetar, pues, como bien señala la contraportada, empieza siendo novela-Bartleby, se convierte en fantasía y pasa por ciencia ficción, pulp, novela postapocalíptica e, incluso, utopía feminista. No hay límites para la imaginación y el humor de este autor.
La capacidad de amar del señor Königsberg es una novela tan realista como surrealista, tan divertida como reflexiva, tan loca como tierna. Con ella, Juan Jacinto Muñoz-Rengel aumenta su particular catálogo de personajes increíbles, de esos que se quedan en nuestro recuerdo y se hacen un huequito en nuestro corazón a pesar de —y sobre todo por— sus rarezas. Los lectores a los que les gusta que los sorprendan disfrutarán de este desconcertante viaje por la mente del señor Königsberg.