La gran estafa, de Alberto Garzón Espinosa
Cuando la crisis llegó a nuestras vidas, muchos habíamos oído hablar de brotes verdes, de esperanzas, de recesiones… Palabras para no decir lo que se quería decir. Y el caso es que hoy, ya en 2013, aún me sigo preguntando muchas veces qué narices es esto de la crisis, de la prima de riesgo que sube y baja acojonándonos a todos, de las caídas en la bolsa, de la corrupción (aunque eso sí lo entiendo a la perfección) y de muchas otras cosas aparejadas al mundo en picado en el que estamos destinados a vivir. Quizá sea una visión negativa de toda la historia, pero la verdad es que asusta ver hoy en día todo lo que se retransmite en los medios de comunicación. Quizá por eso, y acuciado por mi necesidad de entender, de alguna manera, lo que estaba pasando, me hice con este libro que hoy reseño. Porque ya estoy lo suficientemente harto de que me traten como si fuera un ignorante en el tema, como para no hacer nada por mí mismo. Y leer, queridos amigos, puede ser un acicate tal que resulta curioso cómo, después de estar dos días con él entre manos, veo todo un poco más claro, aunque todavía me quedan muchos interrogantes por medio. Será cuestión de seguir leyendo.
Porque la crisis nos la han vendido como el resultado de unos excesos por parte de todos. De los poderosos, de la ciudadanía, de los bancos, de las personas físicas. Pero lo que no se han dignado a hacernos ver es que esto que ha ocurrido ha sido “La gran estafa” del siglo XXI.
Puede que yo simpatice en demasía con las opiniones de Alberto Garzón Espinosa cuando aparece en el Congreso, o cuando concede alguna entrevista, pero qué queréis, siempre he simpatizado mucho con gente que es clara en su exposición y que no intenta vender señales de humo parapetándose en cifras, fórmulas matemáticas y demás zarandajas con las que no entiendo absolutamente nada (por no decir una mierda y quedar como un soez). Pero si algo se le puede agradecer a esta obra es su franca honestidad a la hora de explicar qué ha sucedido, el por qué y qué se debería hacer para que todo esto no acabe cayendo en el inframundo de un país que lo tuvo todo y que ahora se está quedando sin nada. Gracias a las palabras concisas, a las palabras vehementes de alguien que sabe de lo que habla (no en vano, desconocía que el autor era economista), daremos una vuelta por todo aquello que, desde el principio, se hizo mal y abre una puerta, pequeña pero puerta al fin y al cabo, para aquellas soluciones que se pueden dar a la hora de construir el mundo, el país, la economía, que hoy en día es necesaria.
Y no es que solamente lo diga él, sino que mucha parte de los que pensamos en todo esto de la maldita crisis, piensa como él. “La gran estafa” puede no ser un manual de economía detallado, pero desde luego es un alegato en contra de la indiferencia, de las malas artes de algunos que gobiernan a todos, de la corrupción y sus encubrimientos, de un futuro que no se mueve y que lo necesita como el agua para que nosotros vivamos. Y, sobre todo, es una mirada honesta, algo que falla en las cuatro patas de esta mesa que se ha venido a llamar democracia y que cada vez parece tener tintes de un pasado demasiado rancio y, permitidme la licencia, demasiado perturbador como para pensar en ello.
Quizá en el mundo se necesiten más voces como las de Alberto Garzón Espinosa para que lleguemos a buen puerto, o para que al menos nos mantengamos en un presente incierto estableciendo las bases para un futuro próspero. De lo que no hay ninguna duda es que, gracias a libros como éste, todo aquel que como yo no entienda un carajo de aquello que nos han vendido como un esfuerzo entre todos debería llamarse una estafa de unos pocos. Y es que, después de leer este libro, uno se da cuenta y grita para sus adentro que ya está bien, que ya no necesitamos que nos digan que tenemos que apretarnos el cinturón más, que es indignante que la educación, la sanidad y la cultura, sean el juego perverso de aquellos que miraron para otro lado, mientras sus manos se llenaban de dinero a mansalva.
Porque en definitiva “La gran estafa” es eso: un patio de recreo donde algunos queremos seguir luchando por lo que queremos, y otros juegan con nuestras ilusiones.