Si con algo os he dado la tabarra en mis reseñas es con aquello de que yo no soy una gran lectora de libros de relatos. Me siento una vieja gruñona que siempre suelta las mismas frases y creo que ya es hora de cambiar mis argumentos. Creo que sí, que estoy empezando a ser una lectora de relatos. Vítores. Aplausos. Y creo que la culpa la tienen Ali Smith y Chuck Palahniuk, en ese orden. De Palahniuk os hablé aquí. De Ali Smith no os he podido hablar antes porque, sinceramente, no conocía a esta autora. Pero ha sido un maravilloso descubrimiento.
Para quienes tampoco la conozcáis, os diré que Ali Smith está considerada como una de las mejores escritoras del Reino Unido y no creo que esta sea una de esas frases que se pone porque sí en las fajas de los libros para dar publicidad. De madre irlandesa y padre inglés, Ali Smith recibió una educación escocesa. A los veinte años, después de descubrir que padecía fatiga crónica, empezó a dedicarse a la escritura. Desde entonces ha escrito ocho novelas y seis colecciones de cuentos y escribe para periódicos como The Guardian y The Scotsman.
La Historia universal, editado por Nórdica Libros y traducido por Magdalena Palmer, recoge doce relatos o cuentos (nunca he sabido la diferencia, si es que la hay) de una belleza y originalidad fascinante. Creo que mi gran hándicap para con los libros de relatos es que no sé me da bien hablar de ellos. No sé cómo condensar en una reseña las doce historias que componen este libro, así que supongo que tendré que abordarlo de una manera global. Si hay una conexión entre todos ellos es la preciosista voz de Ali Smith sumergiéndonos en estas historias a través del paso de las estaciones. Entre los elementos recurrentes en los relatos que componen este libro de Smith están los libros, la naturaleza, las oportunidades y los vínculos que se estrechan y se expanden.
No podría elegir un solo relato de entre estos doce y esa me parece una muy buena señal. Quizás uno de los relatos que más me han llamado la atención es aquel en el que alguien se enamora de un árbol. Me ha parecido tremendo. Pero ni siquiera os voy a decir el nombre, porque así tendréis que toparos con él cuando leáis este libro.
Dice Joyce Carol Oates de Ali Smith que “su escritura sorprende con su intimidad e imaginación, su agudeza y precisión. Su trabajo ha sido definido como “una carta de amor al mundo” y realmente lo parece”.
Estoy de acuerdo con ella. Tanto que necesito leer alguna de sus novelas para confirmar este flechazo que La historia universal me ha producido. Benditas sean las historias de amor con la literatura.