Hay autores que cuando sé que van a publicar un nuevo libro me hacen muy feliz. A todos nos pasa, claro. La mayoría de nosotros tenemos nuestros escritores fetiches y ver un nuevo libro de ellos en las librerías es un auténtico regalo. Con Cristina Peri Rossi me pasa esto mismo desde hace muchos años. Cada vez que tengo un libro suyo entre mis manos me siento afortunada y siempre lo devoro con una mezcla de avidez y admiración. Con ella no puedo ser objetiva. Yo a esta mujer la quiero mucho y sus escritos, sobre todo sus poemas, me han salvado en muchas ocasiones de algún que otro naufragio. Así que sí, no sé si voy a ser muy objetiva, pero os aseguro que sí que seré sincera.
En 2019 mi muy querida escritora recibió el Premio Iberoamericano de las Letras José Donoso en Chile por su trayectoria de más de cincuenta años. Peri Rossi, que desde 1972 vive en Barcelona, publica ahora con la editorial Menoscuarto su nueva novela, La insumisa, cuyo título y portada no pueden gustarme más. Leo, además, en la faja del libro estas palabras de Elena Poniatowska “Peri Rossi es la autora que corre más riesgos sin tener red debajo” y me parece la apreciación más acertada para describir la literatura de esta increíble mujer. Uno de los motivos principales por los que admiro a Peri Rossi es su autenticidad. Siempre es ella misma en sus libros y en este, quizás, la autora que se muestra y que desgrana su propia infancia y juventud está presente al cien por cien. Sin tapujos, reservas ni condiciones.
En La Insumisa, Cristina Peri Rossi realiza un magnífico ejercicio autobiográfico mientras recorre su infancia y sus primeros años de juventud en su natal Uruguay. En un mundo complejo, donde el rol de las mujeres (y por lo tanto el de las niñas) están tan marcado, Cristina destaca por su asombrosa imaginación y su manera de enfrentarse no solo a los conflictos, sino a la propia vida. Hay pasajes tremendamente dolorosos, como cuando narra la relación de sus padres y los malos tratos psicológicos que recibió por parte del padre. Pero, a pesar de estos pasajes oscuros de su infancia, hay muchísima belleza entre las páginas de esta novela. Desde el amor que Cristina sentía por su madre, hasta sus andanzas en la estación de trenes y los paisajes campestres de Casupá, donde fue enviada con sus tíos para curar su debilitada salud. Desde los primeros amores hasta esas palabras en cursiva que se intercalan con el relato y que desgarran de pura sinceridad.
Una joven que se rebela contra la autoridad, una rebelde que quiere saber y entender todo lo que la rodea. Una niña que tiene muy claro desde pequeña que quiere ser escritora y que se cuestiona todo lo que está a su alcance. Una insumisa. Una maravillosa insumisa, en definitiva.
Como os decía, no sé si soy objetiva, pero sí sé que soy sincera: he disfrutado tanto La insumisa, reencontrarme con la voz de Peri Rossi que he sentido una pena horrible al terminar el libro. Primero, porque no quería que se acabara nunca. Segundo, porque aprendo tanto con y de ella y tercero, porque la espera hasta volver a reencontrarme con ella y esa voz que tanto me gusta se me ve a hacer larga.