Me llega el nuevo poemario de mi paisano Fernando Gil Villa, ya saben, ese catedrático de la universidad de Salamanca especializado en sociología y que mantiene una fuerte relación con el mundo de la literatura y la poesía, imagino que lo recordarán por las veces que les he acercado a nuestro protagonista.
Para los amantes del Rock, no puedo dejar de decir que es hermano de Mariano Gil, el vocalista de TAKO. Como ven, una familia de poetas… Partos bien aprovechados que diría alguno que otro.
Regresa Fernando Gil con La voz y el sigilo después de algún tiempo de silencio, y regresa con poesía, porque para los largos silencios no hay nada mejor que la poesía, que de ellos suele nacer, aunque también surge, sin duda, de estos tiempos ruidosos y rabiosos en los que vivimos.
De su primera parte, titulada Sigilación de la batalla les regalo
CÓMO FUNDAR
Invierno y ni un té
permite al soldado disfrutar
la locura de la tarde.
Vislumbres
que del río emanan
como agua de pensamiento
rilan y abandonan la ribera
-imposible que rinda el trabajo-,
O era el estar lejos
darse fatal condición
para fundarlo todo
Infundadamente.
Cuando unos regresan a la poesía blanca, casi transparente, cuyo receptor es el gran público, el lector ávido de contenido, otros, como Fernando Gil, dan media vuelta y regresan a la poesía de mediados del siglo XX, aquella metapoesía que nos adentra en un mondo visual y muy sonoro…
De su segunda parte, Voz sigila, les dejo otra gota del torrente poético
ESPACIO DE INTERSECCIÓN
Enaltece el sigilo la voz
y al final la preserva
por medio del vuelo rasante
de mirlo cuyas plumas
ocultan el tatuaje permanente
de la palabra.
No hay blancura comparable
en la suciedad de los cielos;
nada iguala en lo negro
al brillo de la sonora locura.
Enaltece la voz el sigilo.
Nos dice Vicente Vives en el prólogo del poemario que en esta forma de escribir tan libre y al margen, podemos ver al también poeta aragonés Miguel Labordeta (No confundir nunca, nunca jamás con su hermano José Antonio), un tipo de poesía más abierta, más dada a las interpretaciones personales de cada lector…
Abre la tercera y última parte titulada, Proximidad con sigilo, con este pequeño poema tan sugerente
A DEL MAR
El mar se muere
mi negra:
aprendieron los peces
a soñar con nuestro
entierro.
Ya ven como regresa del silencio el poeta, entre La voz y el sigilo, con una extraordinaria selección de palabras sonoras para que el sonido al pronunciarlas lleve al lector a la reflexión, porque el poeta no ha venido a facilitarle las cosas recién iniciado, incluso algunos más leídos tendrán serios problemas si se quiere ir más allá de la palabras …
Esas palabras que son mucho más que sonidos;
dicen.
Hace muy poco me enteré de lo que en poesía son las décimas, una forma de componer poemas de una determinada forma y que parece que fue ideada por un español, aunque ahora se la adjudiquen muchos países que hacen de esta forma de rimar una identidad. Me hizo gracia escuchar esto.
Lo malo es que no me acuerdo del español de la autoría, jeje.
Lo que traes hoy, como viene siendo habitual, dan ganas de probarlo, sólo con ver los poemas seleccionados y tu comentario. Tiene ¡muy buena pinta!
Por cierto, haces bien en avisarnos de lo de no confundir a los Labordetas, que ya parecen los Machado, jeje.
Una décima es una estrofa constituida por 10 versos octosílabos, y una forma particular de ella efectivamente la creó Vicente Espinel. Veo que cada vez estás más metida en este mundillo!!
Me alegra que te gusten estos poemas de Fernando Gil.
Un gran y poético abrazo!
Eso es, ¡Vicente Espinel!