Reseña del libro “Lejos del bosque”, de Chris Offutt
Pues este mes he arrancado una mini serie de lecturas en torno al relato. Por lo tanto, si a usted le gusta el género tanto como a mí, seguro que nos vamos a divertir de lo lindo en las próximas fechas. Habrá otros seriales como este a lo largo del año, por si se queda con ganas de más cuentos. Pero para convencerle de que no se pierda este (consta de cuatro episodios) por nada del mundo, le diré que el primero de ellos, por eso de abrir boca como es debido, ha sido tremendo.
El libro, no obstante, ya prometía de antemano, todo hay que decirlo. Porque estamos hablando ni más ni menos que de Chris Offutt, un maestro del cuento en la actualidad. Un escritor que ha revitalizado con sus relatos y novelas (si es que alguien lo había enterrado alguna vez) ese tipo de literatura que tanto nos gusta y que se vino a denominar realismo sucio. Seguro que usted también recordará a Offutt por Noche cerrada, una de las mejores novelas del año pasado y, por supuesto, por Kentucky seco, su primer libro de relatos, un inolvidable libro de cuentos que se convertirá con el paso del tiempo en un clásico, ya lo verá, en un manual imprescindible para los amantes de este tipo de literatura. Offutt es, además, y por si faltaba algo, escritor de guiones televisivos para series de gran éxito en Estados Unidos como True Blood, por nombrarle alguna, y también el famoso biógrafo de su padre (que al parecer era un pornógrafo profesional y un golfo de cuidado). Un Jefe, vamos (el hijo, quiero decir esta vez, entiéndaseme bien).
Lejos del bosque es el segundo libro de relatos de Chris Offutt que publican nuestros amigos de Sajalin en España (además de haber sido ellos quienes nos trajeron también Noche cerrada) y, para los que descubrimos a este escritor por primera vez con Kentucky seco y venimos de practicar orgías desenfrenadas (cortas pero intensas, claro) con Carver y toda esa pandilla, este nuevo libro suyo es como volver a enamorarse otra vez pero sin las incomodidades del matrimonio o el día de San Valentín: todo es puro, breve, intenso, doloroso y desconcertante placer.
En su nuevo libro de relatos, Offutt nos deja ocho cuentos perfectos, tanto en su estructura (clásica a más no poder) como en lo que respecta, por ejemplo, al ritmo de los textos, que te agarran de las solapas y te asfixian y no te sueltan hasta que llegas al final, hasta que entiendes de qué material está hecha la vida en esa parte tan inhóspita de América. Sus historias son, no cabe duda, frías y duras como las rocas de las montañas, violentas y oscuras como las profundidades del bosque, intensísimas y sorprendentes; todo esto junto configura la singular denominación de origen de los cuentos Offutt. Unos cuentos protagonizados por personajes totalmente reconocibles ya, pues el whisky de Kentucky aún hace estragos en nuestra maltrecha mente (y nuestro castigado estómago). Sin embargo, esta vez, estos dolientes seres parecen más perdidos que nunca y todos los cuentos llevan impregnados una cierta morriña (existencial y fantasmagórica) de aquel infierno agreste que en su momento abandonaron en busca de fortuna, o de sí mismos, y que ahora les persigue y se les aparece por las noches. Quizá sea Offutt sufriendo una especie de síndrome de Estocolmo. O puede que, simplemente, nos esté recordando que uno no sabe vivir separado del lugar (signifique la palabra lugar lo que signifique) que le vio nacer, por mucho que se empeñe en escapar, o en odiarlo y querer ser otra cosa. También es posible que el autor nos esté avisando que el verdadero infierno está justamente en otra parte, justo lejos del bosque, justo lejos de aquello de lo que, paradójicamente, huimos.
Pero, ¿dónde coño está realmente el hogar?
El caso es que los personajes que protagonizan cada una de las historias se encuentran en una especie de tierra de nadie, huidos para siempre o retrasando la vuelta más de la cuenta. Ahora están lejos, esto es así. Del bosque que es el amor y el odio, y de sí mismos. Pero lo más gracioso (y lo más macabro) del asunto es que quizás estén cada vez más cerca de ambos lugares. En medio de esa bruma nostálgica que los rodea, una innumerable lista de catástrofes está a punto de caer sobre ellos. La muerte, la venganza, la cárcel, la soledad, la ruina económica, la indiferencia y el abandono y hasta el amor (que también a veces es una auténtica catástrofe) se ciernen sobre estos hombres y mujeres que tratan de encontrar su digno lugar en el mundo o el camino de vuelta a casa, si es que aún existen ese tipo de senderos. La escritura de Chris Offutt, este Lejos del bosque, es una experiencia infinita. Aunque en la literatura, como también ocurre en la vida, lo bueno, cuando es breve…se acabe siempre demasiado pronto.
Nos vemos en el capítulo dos.