Leo hoy en el Ecodiario, que La directora de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (Cegal), Michèle Chevallier, ha dado los datos sobre la venta de libros en 2009, que ha caído cerca de un 15% con respecto al año anterior.
Cierto es que el sector editorial también se ve influido por esta crisis que asola al país mientras las colas del paro aumentan y aumentan. Pero cuando nos preparamos para afrontar el último mes del año, con todo lo que ello conlleva, aparecen en escena dos de los grandes escritores del Siglo XXI, que sin duda harán mejorar esos datos tan poco esperanzadores dichos por la señora Chevallier.
El nombre de estos dos “salvadores” son conocidos por cualquier aficionado a la lectura, que, aunque no haya tenido la oportunidad de leer sus libros, los ha visto siempre alojados en los puestos de privilegio de todas las librerías. Se trata del nipón Haruki Murakami (Kioto, 1949) y el estadounidense Paul Auster (Newark, 1947).
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El 28 de este mes es el día elegido por la Tusquets Editores para sacar a la venta uno de los pocos libros que todavía quedaban por editar en español de Murakami, “El fin del mundo, y un despiadado país de las maravillas”. Personajes solitarios, mundos irreales y vidas paralelas se dan cita en esta obra publicada en Japón en 1985, antes de alcanzar el éxito dos años más tarde con una de sus novelas más apreciadas por crítica y público, “Tokio Blues”.
Haruki Murakami ha pasado de ser considerado un autor de culto a uno de los autores más vendidos de la actualidad, y candidato fijo a premios de tanto calado como el Nobel o el Príncipe de Asturias. La editorial barcelonesa aprovecha el tirón con el que cuenta el autor nipón editando esta antigua obra, como aperitivo ante su esperadísima última novela, “1Q84”, éxito de ventas en todos los países en los que se ha editado, y que verá la luz en nuestro país en los próximos meses. Esta obra, de más de mil páginas, editada en dos volúmenes, es presentada por el autor como “mi obra más ambiciosa”.
En cuanto a Paul Auster, “Invisible” es el título de su última novela, dentro de su ya dilatada trayectoria literaria. Esta verá la luz el próximo 1 de diciembre, en lo que muchos consideran una reválida para Auster, criticado por alguno como un escritor en el declive de su carrera. Puede que el autor, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006, no vuelva a escribir grandes obras como “Brooklyn Follies”, “La Trilogía de Nueva York” o “Tombuctú”, pero nadie puede negar la calidad que atesoran los escritos del icono editorial de Anagrama.
Tras las dos presentaciones, ¿Alguien tiene dudas de cuales serán dos de los libros más vendidos estas Navidades? El problema para algunos no será adivinar esta pregunta sino el poder aguantarse hasta dichas fechas para empezar con sus lecturas.
Quizá habría que detenerse en comentar algo de la trama de sus nuevas novelas, pero el éxito de ventas está garantizado, cuenten lo que cuenten. Aún así, para los más impacientes, aquí van los resúmenes y primeros capítulos de estos dos futuros best-sellers.
Haruki Murakami: “El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas”, (lea aquí el primer capítulo)
Dos historias paralelas se desarrollan en escenarios de nombre evocador: una, en una misteriosa ciudad amurallada, el fin del mundo; la otra, en un Tokio de un futuro quizá no muy lejano, un cruel país de las maravillas.
En la primera, el narrador, anónimo, se ve privado de su sombra, de sus recuerdos, y compelido a leer sueños entre unos habitantes de extrañas carencias anímicas y unicornios cuyo pelaje se torna dorado en invierno. En la segunda, el narrador, cuyo nombre también se desconoce, es un informático de gustos refinados que trabaja en una turbia institución paragubernamental enfrentada a otra en una guerra por el control de la información.
Paul Auster: “Invisible”, (lea aquí el primer capítulo)
En 1967, Adam Walker es un joven poeta ávido de vida y literatura, con mucho más futuro que pasado. Estudia en la Universidad de Columbia, se opone a la guerra de Vietnam y, además, –esto lo dicen quienes lo conocen, porque él no parece darse cuenta– es guapísimo. Una noche, en una fiesta de estudiantes, conoce a una pareja de franceses muy sofisticados, muy seductores. Lo primero que le llama la atención a Adam es el nombre de él, Rudolf Born, como en Bertrand de Born, el poeta provenzal que en uno de los cantos de Dante lleva su propia cabeza cortada en las manos. Tras varios días de ambigua seducción en los que la pareja va tejiendo su invisible tela de araña en torno al hermoso e inocente americano, Rudolf Born, que está en Columbia como profesor invitado en la School of International Affairs, le ofrece a Adam la dirección de una revista literaria que él financiará.