Reseña del libro “Los inadoptables”, de Hana Tooke
Todos sabemos ya de dónde vienen los niños, es obvio, ¿no? Cuando una familia decide ampliar el número de sus miembros encargan un bebé a la cigüeña y esta surca los cielos cargando al niño en su enorme pico y guiándolo hacia su nuevo hogar, y es que hay normas para todo, las reglas están ahí y deben respetarse porque al igual que existen unos pasos a seguir para encargar a un niño también los hay para abandonarlo. Si no me creéis solo tenéis que echarles un vistazo a las reglas del orfanato Tulipán para entregar a los niños, son muy concretas y esclarecedoras. Lo primero y más importante es que el bebé debe estar envuelto en una manta de algodón, lo segundo es que debe dejarse dentro de una cesta de mimbre y la tercera y última norma consiste en depositar al bebé en el escalón más alto de la entrada.
Fácil, ¿verdad? casi todos los huérfanos abandonados han seguido estas directrices y digo casi, porque hubo cinco niños que fueron abandonados en el Tulipán en las condiciones más extrañas. El primero de ellos se saltó estrepitosamente la segunda regla; la niña había sido colocada en una caja de herramientas, ¡qué escándalo! El segundo niño rompió no una sino dos normas, llego metido en una cubeta de carbón y envuelto en un chal harapiento, la cosa iba de mal en peor. ¡La tercera huérfana se saltó las tres reglas! sin manta de algodón, sin cesta de mimbre y sin escalón superior, apareció en la cesta de picnic de la matrona del Tulipán. El cuarto bebé también hizo caso omiso a toda la normativa, pues fue depositado en la cubeta de entregas y vestido con un saco de trigo. El quinto y último bebé diremos que reinterpretó las normas, lo dejaron en el tejado del orfanato, en una cesta, sí, pero con forma de ataúd y con una manta, pero de suave terciopelo no de algodón.
Tan peculiar como la forma en la que llegaron al orfanato lo eran estos cinco niños. Lotta, la niña de la caja de herramientas tenía seis dedos en cada mano. Egg, el niño de la cubeta de carbón, tenía rasgos asiáticos y además era un experto cartógrafo y un dibujante excepcional. Fenna que apareció como por arte de magia entre los tentempiés de Gassbeek, la matrona, estaba dotada de una sensibilidad especial con todos los animales y también era una estupenda cocinera. Sem que contaba con un aspecto desgarbado y largas extremidades, a pesar de ser abandonado llevando por atuendo un saco de trigo era un gran sastre y el talento de Milou era su increíble imaginación y su habilidad para contar historias, tenemos que añadir que era la única de los cinco huérfanos que había sido abandonada con pistas sobre su procedencia.
Hana Tooke narra en los inadoptables una maravillosa historia de aventuras sobre la importancia de ser uno mismo, no importa lo peculiar o diferente que seas pues esa singularidad es lo que te hace único en el mundo, sobre el lugar de pertenencia y el significado de la familia y la amistad.
En trecientas setenta y seis páginas la autora logra crear una atmósfera llena de magia y oscuridad, que recuerda por momentos a Diana Wynne Jones y también a Tim Burton. Los capítulos son cortos y la novela se lee con rapidez y agilidad, cada uno de ellos viene ilustrado de la mano de Ayesha L. Rubio, tanto la portada como el interior de este libro os dejarán prendados de él. El misterio se palpa en cada página y Hana Tooke sabe perfectamente como mantener al lector pegado a cada línea porque nunca imaginaréis de que manera se resolverá la trama.
Además de por su gran ambientación, las ilustraciones que inundan el libro y el misterio que salpica cada página si algo me ha gustado de los inadoptables han sido sus personajes, cada uno de ellos tiene una personalidad muy definida y lo que es más importante, sus propias convicciones. Milou quiere encontrar a su familia, cree firmemente que esas pistas con las que fue abandonada la llevaran hasta ella, Sem no quiere saber nada de las personas que le abandonaron y para Egg lo importante no es conocer a su familia sino su procedencia para así saber quién es él, aunque todas sus posturas son diferentes los amigos saben respetar las convicciones de los demás y apoyarse a pesar de todo.
Los inadoptables es un middle grade que podrán disfrutar lectores de todas las edades. Oscuro, mágico, lleno de encanto y aventuras. Atreveros a acompañar a estos cinco huérfanos por las calles del Ámsterdam de 1880, en una historia que os recordará los significados de la amistad y la familia.