Parece que este es el mes de las segundas partes. Hace poco os recomendaba Valerosas 2, la segunda parte de Valerosas que acaba de publicar Dibbuks y hoy me toca hablaros de la segunda parte de Lost in translation, un libro que reseñé hace ya unos meses y que me encantó.
La verdad es que esta vez no sabía que habría segunda parte, así que cuando vi que Libros del zorro rojo había sacado un segundo volumen me hizo bastante ilusión. Como os comentaba en la reseña de la primera parte, estudié Traducción e Interpretación porque me gustan mucho los idiomas y las palabras. Así que esta clase de libros me vuelven loca. Si Lost in translation era “un compendio ilustrado de palabras intraducibles de todas partes del mundo”, Lost in translation –again- va un poquito más allá. En esta ocasión no se trata de palabras intraducibles, este libro es pues “un compendio ilustrado de expresiones curiosas de todas partes del mundo”. Y sí, sigue siendo igual de curioso que el primero. Porque lo cierto es que en este mundo hay cantidad de expresiones raras de narices. Seguro que en español os habéis parado a pensar alguna que otra vez de dónde vendrá tal o cual expresión. Creo que los españoles somos especialistas. Pero no los únicos, eh. Con Lost in translation –again- vamos a descubrir que la mayoría de lenguas tienen sus propias expresiones curiosas. Algunas de ellas pueden recordarnos a algunas que nosotros usamos, pero otras es mejor descubrirlas.
Por ejemplo, en coreano existe la expresión “cuando el cuervo echa a volar cae un pera”. Esta expresión quiere decir que dos incidentes que parecen conectados entre sí no tienen por qué obedecer necesariamente a una relación de causa-efecto. Interesante, ¿verdad?
Si un serbio te dicen que estás soplando patitos quieren decir que estás mintiendo. No me digáis que no mola, ¿eh?
Otra que me parece genial es la expresión sueca “deslizarse sobre un sándwich de gambas”. Alguien que se deslice sobre tal es que lo ha tenido todo fácil en la vida. Hombre, la vida desde un sándwich de gambas debe ser mucho mejor. Y si son al ajillo ya ni os cuento.
En japonés si llevas un gato en la cabeza significa que estás fingiendo inocencia con la intención de hacer creer a los demás que eres una persona buena, aunque tus intenciones no sean las mejores. Con dos gatos en casa sé lo que es llevar uno en la cabeza, pero prometo que las mías no son malas intenciones.
Podría pasarme horas escribiendo sobre este libro y sus curiosas expresiones. Otra más, en persa si te dicen que se comerían tu hígado no salgas corriendo. Realmente te están demostrando cariño y un afecto profundo. Un pelín macabro, pero es hasta bonito, ¿no?
Si os gustó la Lost in translation no podéis perderos Lost in translation –again-. Es otra maravilla de libro para los amantes curiosos de las lenguas y las palabras. Os aseguro que vais a pasar un buen rato descubriendo expresiones tan chulas como la del sándwich de gambas.
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