Arsenio Lupin era la antítesis del típico mangante que robaba a sus víctimas utilizando un estilo rudo y violento. Arsenio prefería ejecutar su trabajo como ladrón de guante blanco con maestría y una elegancia digna de los caballeros más refinados de la Francia de la Belle Époque. Además, y aunque su oficio lo ubicaba en el lado incorrecto de la ley, no dudaba en castigar a malhechores mucho peores que él como si de un justiciero se tratase. Y si por el camino se cruzaba con una mujer de buen ver no dudaba en flirtear con ella; pues para algo había sido bendecido con unas grandes dotes de seducción. Así era Arsenio Lupin. Así sigue siendo Arsenio en la veintena de libros que escribió el escritor francés Maurice Leblanc. Poco podría imaginar el escritor natural de Ruan que veintiséis años después de su muerte a su más famosa creación le saldría un pariente nipón.
Arsenio Lupin III es el nieto de Arsenio Lupin. Al igual que su abuelo ha decidido tomar el camino del latrocinio, debido sobre todo al hecho de haber heredado unas dotes increíbles para hacerse con todo lo ajeno. Por ello es el ladrón más famoso del mundo y todas las policías del globo terráqueo van tras él. En lo referente a la seducción se asemeja poco a su abuelo pues Lupin III es más bien como un caniche intentando montar a todo lo que se menea. Así, a grandes rasgos, es la creación de Kazuhiko Kato más conocido en el mundo del manga por el seudónimo con el que firma sus obras: Monkey Punch.
Ahora, y de la mano de Panini Cómics, nos llega una nueva reedición de la obra de Monkey Punch Lupin III. Una edición de lujo con sobrecubierta que recopilará en 7 tomos todas las historias que a lo largo de 14 tomos reunió la edición original. En este primer tomo encontraremos diecinueve historias autoconclusivas tan dispares que nos llevarán a pasar un año en prisión mientras el protagonista planea su fuga o a asistir al enfrentamiento entre Lupin y un poderoso mago por conseguir unos planos secretos. Y es que, y aunque en un primer momento la lógica nos lleve a pensar que esto es un manga de policías, ladrones y robos variados, las historias recopiladas son realmente heterogéneas. En algunos momentos el protagonista llega a enfrentarse a aventuras dignas de las películas de James Bond o Misión Imposible al utilizar gadgets de última tecnología o al suplantar personalidades utilizando disfraces. Y entre tanto irá conociendo a los que conformarán su grupo de socios y amigos: Daisuke (experto tirador del grupo), Goemon (samurái renegado que maneja con maestría la katana) y Mina Fujiko (ladrona que acostumbra a jugar siempre a dos bandas). Y, por supuesto, no podemos olvidarnos del inspector Zenigata, siempre a punto de echarle el guante a Lupin y germen de la mayoría de escenas graciosas y absurdas que llegan a arrancar alguna que otra tímida risotada.
Lo peor del cómic Lupin III es que, en algunos aspectos de la obra, el tiempo juega en su contra. El ejemplo más claro está en el papel de la mujer ejercido en las aventuras del ladrón de guante blanco que, salvo el caso excepcional de alguna femme fatale, es meramente sexual. Una cosificación de la mujer muy usual a finales de los 70 pero que hoy en día produce bochorno. A esto hay que sumarle el recuerdo de algunos lectores que habrán magnificado el anime que se emitió en Telecinco allá por los años 90. Éstos descubrirán que el dibujo no tiene nada que ver con el anime. Un dibujo que al principio puede resultar extraño y pobre, casi de boceto, pero que resulta ser un trazo personal y único al que uno se acostumbra a medida que va pasando páginas. Y es que el estilo de Monkey Punch es un acercamiento somero al gekiga (estilo en el que se le da una mayor importancia a las proporciones más realistas y a los detalles en las expresiones faciales) mezclado con las caricaturas que normalmente aparecen en las revistas satíricas. Por otro lado tenemos la distribución de las viñetas (muchas y en ocasiones minúsculas) que recuerda al utilizado en el humor gráfico o en los cómics underground.
En definitiva, Lupin III publicado por Panini Cómics es un manga clásico que mezcla humor, erotismo y acción que, a pesar de sus altibajos y que se le nota el paso del tiempo, consigue conformar un conjunto de pequeñas dosis de diversión y entretenimiento.