Hoy os voy a presentar a Henar, una joven que ha vivido mucho y que ha pasado por mucho. No lo voy a hacer sola, lo voy a hacer de la mano de Helena Tur, su creadora, que tuvo la genial idea de darle el papel protagonista en su novela, Malasangre.
Antes de comenzar os diré que me traigo entre manos un proyecto literario que me tiene muy entusiasmada, pero que también está haciendo que pierda un poco la cabeza. Se debe a su ambientación, se va a desarrollar en un lugar en el que no he estado y quiero que todo sea lo más «real» posible. Pues bien, desde que estoy con este proyecto, mi subconsciente me hace ir hacia libros que prometen una buena ambientación. Cuando salió a la venta Malasangre supuse que este sería uno de ellos, no solo por lo que pude apreciar en la sinopsis, sino por lo que auguraba su portada. En cuanto la vi, supe que esa chica pelirroja perdida en un mar de montañas y yo seríamos buenas amigas. Estaba dispuesta a dejarme llevar por todo lo que tuviera que enseñarme.
¿Y sabéis qué? Que no estaba equivocada. Helena Tur me ha dado la ambientación que necesitaba y he podido aprender mucho de ella.
La cuestión es que tenemos que viajar un poco en el tiempo. Retrocedemos hasta el siglo XIX y nos vamos hasta El Bierzo, esa emblemática comarca que pertenece a León. Aquí es donde entra en juego Henar, una joven huérfana que decide buscarse la vida como niñera. Ella sabía que su vida iba a ser de todo menos tranquila, pero lo que menos se esperaba era que a su alrededor comenzaran a sucederse unas muertes extrañas. Estas muertes tienen como protagonistas a niñas, que son asesinadas en raras circunstancias. Henar, lejos de mantenerse al margen y seguir con su vida y sus quehaceres, decide investigar dichas muertes, pues no se cree las versiones que se están dando por el pueblo. En el camino no solo se dará cuenta de que ella es capaz de mucho más de lo que se piensa en un principio, sino que también encontrará lo que parece ser el amor.
Como veis, la historia que nos propone Helena Tur da para mucho. No os voy a negar que me parece un proyecto muy ambicioso, pues no solamente se trata de una novela histórica, sino que además tiene mucho de novela de misterio, así como romántica. Es una mezcla perfecta que engancha desde el principio y que mantiene la tensión hasta el final. Además, como decía antes, la ambientación está muy trabajada y eso hace que el lector se meta de lleno en la trama. Para mí, sin duda, esta es la mejor parte de la novela, y es que me parece fascinante que un autor, a través de sus palabras, sea capaz de llevarte a otro lugar, a otra época, sin necesidad de que te muevas de casa. Por supuesto, mención honorífica se merece la narración. Y esto se debe a que está cuidada, trabajada al dedillo. Se nota que Helena Tur le ha dedicado mucho tiempo a ese aspecto del libro y que se ha dejado llevar por su instinto a la hora de escribir. Hecho que, sin ninguna duda, ha sido todo un acierto.
Me ha encantado pasar estos últimos días con Henar, aunque tengo que decir que tenía la esperanza de que este libro me durara un poco y al final lo he terminado devorando en tres noches. Ha sido bonito ver que soy capaz de leer novela histórica sin tirarme de los pelos —ya he dicho en más de una ocasión que no me va demasiado ese género— y no solo eso, sino que he disfrutado muchísimo de la trama, del desarrollo, de los personajes y de la ambientación. Así que nada más que puedo decir que estoy deseando descubrir qué novelas nos traerá Helena en el futuro.