Título: Malentendido en Moscú
Autora: Simone de Beauvoir
Editorial: Navona
Páginas: 179
ISBN: 9788416259458
No es la primera vez que me acerco a ustedes para hablarles de Simone de Beauvoir, así que bien sabía que leerla sería muy de mi gusto, pero sobre todo muy de mi interés. No lo había leído aunque sí conocía este relato, porque hemos de decir que estamos hablando de un relato largo que, al parecer, iba a ser un capítulo de “La mujer rota”, pero que al final quedó fuera, lo sacó del libro para dejarlo aparcado para hacer de él parte de otra historia o, quizá, como así fue, para publicarlo por separado y como historia corta independiente.
Corre el año 1966, pero podría ser mañana mismo, porque como todos los buenos relatos este malentendido en Moscú es atemporal, Nicole y André, una pareja de profesores franceses, ya jubilados, el 64 años, ella 60, se desplazan a Moscú para pasar unos día con la hija de él, que reside en aquel país que tanto decepcionó, precisamente, a la pareja compuesta por La propia Simone y Sartre.
Parece que el tabaco, el alcohol y el tiempo libre lleguen a ser buenos amigos, pero nunca buenos compañeros de viaje para una pareja que ya lleva a sus espaldas unos cuantos años de convivencia. Pero no sé yo si lo que desata la lengua y los pensamientos es todo eso o lo es directamente la edad; esa edad que al parecer te da derecho a llegar hasta la verdadera libertad de pensamiento y expresión.
Ahora bien, ¿qué edad es esa?, Simone una vez escrito este texto no sabemos si leído y comentado con el propio Sartre en ese momento, decidió esperar unos años, muchos, demasiados en hacerlo público.
Quién no haya leído este Malentendido en Moscú, tenga pareja, y más de cincuenta años, ¡ya está tardando! Quien tenga menos de cincuenta años no debería llegar a esa edad sin la lectura y reflexión de este texto.
¿Para qué?
Esa es otra cuestión. El libro nos habla de cosas tan comunes como la crisis de una pareja que avanza junta por la vida y ve como se acerca la vejez, como llega el desgaste del cuerpo, la falta de pasión, la rivalidad con los propios hijos… En ocasiones reflexiono sobre la cantidad de cosas que pensamos mientras estamos con nuestra pareja, cuando la miramos, cuando no decimos, unas veces porque creemos que no hace falta, otras veces porque sabemos que mucho de lo que pensamos del otro nos lo decimos a nosotros mismos, ¿el paso del tiempo lo vemos en el otro para que duela menos?
Es un libro duro, crudo, pero es un libro para crecer, porque en la vida esos momentos dolorosos, de malentendidos, como este de Moscú, sirven siempre para crecer… O morir.
Estupenda esta edición que me ha dejado maravillada, tan manejable, tan sólida y al mismo tiempo suave y agradable. Me ha gustado el estupendo y certero prólogo de Rosa Regás, lo he leído al inicio, pero también lo he releído una vez terminado el libro. Muy interesantes e instructivas las notas finales y consideraciones que Éliane Lecarmen-Tabone realiza sobre este Malentendido en Moscú.
Susana Hernández
A mí también me gustó mucho. Parece sencillo, nada complicado, pero sin embargo, como dices, ¡ya están tardando los calluditos!
Me viene este libro a la mente de vez en cuando, sobre todo por lo que hace el paso del tiempo con nosotros y nuestras relaciones, cómo interpretamos las cosas, nuestras relaciones, a raíz de esos diferentes estados de ánimo que vienen con la edad, cómo podemos hacer una revisión de nuestro pasado con alguien tan diferente al que una vez creímos que era el de verdad. Por cierto, todo esto viene muy a colación con el otro libro que trajiste de las equivocaciones (el de la cafetera al revés).
Es cierto Icíar, hay libros que se escribieron para que se leyesen en un momeonto determinado de la vida, esta será, sin duda, una de nuestras lecturas de este año en el Club de lectura. Lo he trabajado con un grupo de mujeres de entre 40 y 60 años y resultó una maravilla!!