Reseña del libro “Malibú renace”, de Taylor Jenkins Reid
“Cuando una está sola no tiene el lujo de escoger lo que le apetece hacer, no tiene el lujo de decidir si es incapaz de hacer algo. No hay lugar para la aversión y la debilidad. Tienes que encargarte de todo. De todo lo feo, de todo lo triste, de todas las cosas que a la mayoría de la gente no le gusta ni imaginarse, y tienes que convivir con ello. Tienes que ser capaz de hacer cualquier cosa.”
Antes de escribir esta reseña, estaba pensando en los principales motivos que nos llevan a leer ficción. Y no, no solo buscamos entretenernos: queremos descubrir historias que nos inviten a reflexionar, que contengan preguntas con múltiples respuestas y que cultiven nuestro pensamiento crítico. Novelas con personajes con los que conectemos y nos identifiquemos en nuestros errores y aciertos. En las grandes cosas, pero también en las pequeñas que marcan nuestro día a día. Y esto quizás pueda sonar sorprendente, pero es muy cierto: en estas historias ficticias encontramos a veces más verdades y coincidencias con la vida real que en otras.
Y sobre todo esto me he puesto a pensar hoy, ya que la autora de esta novela, Taylor Jenkins Reid, ya me sorprendió en Los siete maridos de Evelyn Hugo por su dominio de las emociones humanas. Algo que también ha conseguido con creces en Malibú renace. Pero empecemos por el principio…
Estamos en Malibú en el año 1983 y una casa arde en llamas hasta convertirse en cenizas. Solo sabemos que su propietaria es Nina Riva, una famosa modelo y surfista que, a su vez, es hija de uno de los cantantes más populares del mundo. Y también sabemos que esto ocurrió después de la famosa fiesta anual que Nina da junto a sus tres hermanos, a la que acuden decenas de celebrities, a
la cual cientos de mortales sueñan con poder ir.
Este punto de partida puede sonar algo superficial, pero es solo el punto del iceberg de una serie de historias sobre la soledad, la pérdida, la familia y la búsqueda de quiénes somos realmente, entre otros temas. Y hablo de varias historias porque, a lo largo de la novela, se nos presenta paulatinamente a los distintos hermanos que forman parte de la familia Riva y nos damos cuenta de que realmente son personas que han vivido grandes dificultades después de que Mick Riva, el famoso cantante, les abandonara a ellos y a su madre. Realmente me ha llegado al corazón cada uno de estos personajes: Nina, por su sensibilidad y generosidad; Jay, Hud, por su gran pasión; Jay, por su rebeldía y fragilidad al mismo tiempo; y, por último, Kit, por su inocencia y su fortaleza. Porque es inevitable no identificarse cuando revelan sus múltiples miedos y esperanzas.
Aparte de los personajes, que creo que es el factor clave de esta novela, la ambientación que crea Jenkins Reid nos sumerge en un mundo en el que las apariencias lo son todo y en el que la fama y el éxito pueden cambiar (o no) a una persona por completo. Aunque he echado de menos alguna referencia a los años ochenta, pues la historia bien podía haberse ambientado en nuestros días, me he sentido transportada a las playas de Malibú, palpando la arena y sintiendo el agua del mar en mis pies, observando a los hermanos Riva, felices en sus tablas de surf. Y si este punto lo unimos al ritmo que crea a través de su narración, nos encontramos con una historia que, en general, funciona muy bien. Y creo que un gran valor añadido son los flashbacks que nos llevan al pasado para conocer la agridulce historia de los padres de nuestros protagonistas. Creo que esto le ha añadido agilidad a la narración en vez de restársela, algo que ocurre en bastantes libros que incluyen saltos en el tiempo.
Pero otra de las características diferenciadoras de esta novela ha sido el discurso que genera: la importancia de la familia en nuestras vidas como eje que sustenta todo lo demás. Ha sido duro, a veces, leer la soledad que experimentan algunos de los personajes, la madurez que tuvieron que demostrar desde muy pequeños para salir adelante y el rechazo y la decepción que, sin querer, sienten hacia su padre. Es inevitable pensar que esto puede afectar a una persona a grandes niveles, pero algo muy diferente es conocer de primera mano los pensamientos que provoca y las decisiones que son consecuencia de esto. Y, pese a que no profundiza demasiado, coloca estos temas en el centro para hacernos reflexionar sobre cómo nos hubiéramos sentido nosotros si hubiéramos vivido una situación similar.
En definitiva, Malibú renace ha sido una tierna, pero, en ocasiones, amarga historia sobre el poder de la familia en nuestras vidas. Sobre la soledad y el abandono en la infancia y la adolescencia. Pero, sobre todo, sobre la capacidad del ser humano para sobrellevar casi cualquier situación y la enorme valentía que nos lleva a sacar las fuerzas de donde sean necesarias. Me encanta esta autora y espero leerla de nuevo muy pronto.