Existir y, en esa existencia, que te atraviese el dolor. Existir y, sin embargo, rozar un poco el desaliento, la muerte de las emociones o todo lo contrario, como si aquellos sentimientos que sentimos por los otros nos atravesaran como una espada que, dispuesta, nos parte en dos. Existir y, en ese ir y venir de respiración y latidos, observar cómo aquello que nos hacía vivir, que creíamos que nos daba la vida nos la quita, arrancándonos la piel a tiras o haciéndolo nosotros mismos, como seres que se autolesionan en un intento desesperado por controlar ese dolor que tanto aflige.… Leer la reseña completa del libro "Y eso fue lo que pasó, de Natalia Ginzburg" “Y eso fue lo que pasó, de Natalia Ginzburg”
Orfancia, de Athos Zontini
De pequeño comía de todo. Si algo no me gustaba me obligaban a quedarme en la mesa hasta que no quedara nada y, si tiempo después, el plato seguía ahí, la comida se convertía en la cena. Y así siempre que hubiera algo que no me gustaba y me resistía a dejar que penetrara en mi interior. Afortunadamente, eso ocurría pocas veces porque, como digo, comía de todo y, lo que en un principio “se me hacía bola” (recuerdo lo mucho que odié las espinacas), acababa por comerlo.
No fui uno de esos niños repelentes y mimados de ahora, cuyos padres ceden a lloros y/o berridos y los cuáles ahora que ya son mayores (y con mayores quiero decir de un mínimo de 30 años) cuando preparas una comida o una cena o merienda te sueltan un “ay, ¿has hecho esto?… Leer la reseña completa del libro "Orfancia, de Athos Zontini" “Orfancia, de Athos Zontini”