Qué mal lo he pasado con este libro, de verdad. No lo he pasado mal en el sentido de “qué libro más horrible”, qué rollo, que se acabe ya”. Nada de eso. A mí el libro me ha encantado, pero ha sido una lectura larguísima y llena de interrupciones. Y la culpa es mía, o de Brainard, según se mire.
Voy por partes, que me lanzo. Me acuerdo es un libro inclasificable, porque tiene un poco de todos los géneros. Pero digamos que se mueve entre la narración de unas memorias muy poco convencionales y algo de poesía. Publicado por primera vez en 1970, Me acuerdo resultó ser un libro tan inspirador que, el mismo Georges Perec le copió la idea más tarde con su libro Je me souviens (por supuesto, se lo dedicó a Brainard). Autores como Perec o el poeta Padgett se preguntaron: “¿Por qué no se nos habrá ocurrido a nosotros una idea tan elemental?”. Eso mismo se habrán preguntado muchos otros. Hasta yo misma me lo he preguntado mientras lo leía. ¿Por qué? Pues porque estas cosas se les ocurren a los genios, a mí desde luego que no. Y qué bien que haya gente tan maravillosa y polifacética como Brainard, que tienen esa lucidez de escribir un libro tan simple y perfecto como este.
La fórmula es sencilla. Todas las frases que contiene este libro empiezan con un “Me acuerdo” y así surge lo que os decía, una especie de autobiografía de lo más original.
“Me acuerdo de, cuando trabajaba en un snack-bar, el coraje que me daba la gente que pedía batidos con leche malteada”.
“Me acuerdo de intentar imaginarme cómo era por dentro”.
“Me acuerdo de fantasear con vivir en el pasado y de tener la ventaja (y en ocasiones la desventaja) de saber lo que iba a pasar antes de que pasara”.
Hay tantos “me acuerdo” en sus casi ciento cincuenta páginas que es imposible no acabar sintiendo una tremenda empatía con Brainard por su forma de narrar sus memorias, a veces poética, a veces divertida, a veces cruel. He disfrutado muchísimo con este libro, lo prometo, pero qué mal lo he pasado también. ¿Por qué? Pues porque para mí ha sido dificilísimo avanzar. Cada vez que leía uno de sus “me acuerdo” me venían a la memoria los míos y he tenido que pararme a escribirlos, por miedo a olvidarlos. Así que leer este libro se ha convertido al final en la escritura de uno propio. Mi propio “Me acuerdo”. Que llevo ya setenta páginas, no os vayáis a pensar que estoy exagerando. Una auténtica delicia que no puedo dejar de recomendaros. Qué forma más maravillosa de recordar junto a Brainard.