La nostalgia es muerte. Así de contundente se abre Paper Girls 2. Bien se podría aplicar a esas hordas de chavales que intentan imitar, con dudoso gusto, las vestimentas de una época pasada como fueron los ochenta. Podría incluso ser válida esta afirmación para aquellos modernos, muy numerosos en los barrios más cool de Madrid, también denominados hipsters, que recuperan el gusto por lo analógico (cámaras fotográficas, bicis BH e incluso algún walkman he llegado a ver colgando de un vaquero de estrecheces imposibles, de esos que parecen tatuados a unas piernas de ciclista). Hum…lo siento, chicos y chicas, pero si seguís utilizando aplicaciones de móviles y las fotos de saltos en la playa para cuyo título de foto empleáis una retahíla de palabras sin espacios precedidas del símbolo de la almohadilla de vuestro teclado, la nostalgia, en vuestro caso, es pura fachada. Es decir, muerte.
Pero no todo está contaminado. El buen hacer con la nostalgia también nos ha otorgado gratas y necesarias sorpresas como en el caso de la serie de televisión Stranger Things. La serie que ha recuperado el placer de contar historias de terror y ciencia ficción tal y como se hacía en los gloriosos años de Spielberg o John Carpenter. Con una espléndida Winona Ryder y con el apoyo incondicional de uno que sí sabe bastante de ese tipo de historias como es Stephen King. Él mismo llegó a decir que ver Stranger Things era como ver sus grandes éxitos. Y en la misma línea de esta serie, el galardonado guionista Brian K. Vaughan (Saga, Y. El último hombre) ha creado un monstruito ochentero en cómic que es de lo mejorcito que he leído en mucho tiempo: Paper Girls, o lo que es lo mismo, las repartidoras de periódicos.
En el primer número de la serie que edita Planeta nos situaban en la noche de Halloween de 1988 y nos presentaban al grupo de cuatro chicas que, montando en sus bicis, reparten periódicos por la barriada de Cleveland donde residen. Ellas son Erin, la recién llegada al grupo, KJ, siempre armada de su stick de hockey, Tiffany y Mac. Un descubrimiento muy extraño serviría para dejarnos con la miel en los labios y hacernos esperar unos meses para poder saciarnos en Paper Girls 2, el número que nos ocupa en esta reseña.
La portada, de llamativos y sólidos colores primarios, nos muestra a Mac, la más chunga del grupo. En ella se centrarán las páginas del cómic. Al ser una serie regular y, de momento, con una acogida bastante buena de ventas y seguimiento, el guionista se va a permitir el lujo de ir presentando a cada miembro del grupo cediéndoles el protagonismo y dejándonos conocer más a fondo a cada uno de ellos y su entorno. Con un comienzo muy al estilo de la serie que mencionaba antes, yo diría prácticamente calcado, nos deja con uno de los trucos que van a ser marca de esta serie; un enigma que espera ser resuelto más adelante. Hay por ahí una mano recogiendo un walkie-talkie que vete tú a saber de quién es…Y el final, en unas escenas bastante interesantes con la madre de Mac, impactante. De esos para morderse las uñas esperando la publicación siguiente.
El ritmo narrativo, gracias a los dibujos y al fabuloso guión, no decae en ningún momento. Para mí, la dupla Brian K. Vaughan/Cliff Chiang se ha convertido en uno de los equipos creativos más interesantes que se puedan disfrutar en cómics actualmente. Además de realzar con mucho encanto una época, la de los años ochenta, con muchos de sus detalles (walkman, bicis con luces nocturnas, publicidad de la campaña de Bush Senior a la presidencia…) sin hacer que parezca forzada, el argumento y el cómo está contado, engancha. La nostalgia, en este caso, no es ni mucho menos muerte. Es un placer disfrutar de historias bien contadas y dibujadas sea cual sea la época en la que se ambienten. Ya seas de los que visite con frecuencia la barbería, montes en una BH para ir al trabajo o a clase, o escuches a Depeche Mode en casete, o nada de eso, seas uno más del siglo XXI, si lo que buscas es un cómic divertido, con personajes interesantes e historias llenas de misterios con un marcado gusto por la ciencia ficción, esta serie de cómics es más que recomendable.