Pequeñas Mentirosas, de Sara Shepard
¿Sabes guardar un secreto? Yo sí, soy el mejor del mundo en guardarlos. Por eso, si quieres, puedes contarme cualquiera de tus intimidades sin remordimientos, que jamás se me ocurriría difundirlos por ahí. Soy una tumba, y tus secretos se irán conmigo cuando mi corazón deje de latir (sea cuando sea eso). Pero, no me has contestado, ¿sabes guardar un secreto? En caso de que me digas que Sí, podrás seguir leyendo esta reseña, en el caso de que digas que No tendré que pensar en algo, porque esto no puede quedarse así. Porque, si los dos sabemos secretos del otro, pero sólo uno de los dos no tiene intención de contarlos, ¿a qué se reduce eso?¿Qué consecuencias puede tener que tú no sepas guardar mis secretos, cuando yo me he comprometido a guardar los tuyos? Tal vez a aquello que decía Benjamin Franklin: Tres pueden guardar un secreto, si dos están muertos.
Alison desaparece sin dejar rastro. Todo el mundo la da por muerta y sus mejores amigas, Aria, Emily, Hannah y Spencer, sienten alivio en secreto, porque Ali es la única que sabe muchas cosas de ellas y no quieren que se sepa. Todo parece ir bien hasta que todas ellas, empiezan a recibir mensajes de un misterioso destinatario, de nombre “A”, que dice saberlo todo sobre ellas y está dispuesto a contarlo. Pero, ¿quién es “A”? ¿Realmente es Alison la que ha vuelto desde la tumba para poner patas arriba el mundo de sus mejores amigas?
Los secretos son como pequeñas mochilas. Las cargas a los hombros, y debes ir con ellas hasta el fin de tus días. O quizá no. ¿Qué sucedería si alguien decidiera contar nuestros mayores secretos a todo el mundo? Ese es el planteamiento que Sara Shepard nos propone en este juego del gato y el ratón que son sus “Pequeñas Mentirosas”. Una novela llena de misterio que, como primer libro de la saga, nos presenta a los personajes con los que compartiremos más de un momento delicado. Porque a todos nos han enseñado que los secretos hay que guardarlos, que no se debe traicionar la confianza de alguien que deposita en nosotros su intimidad. Pero, a veces, la tentación es más fuerte y tenemos que contarlo. No tendría que haber mayores consecuencias, ¿verdad? Qué gran error, lectores. No sólo nuestros remordimientos nos comerán como pequeños gusanos, sino que, además, el efecto rebote puede ser demoledor. Y sino, que se lo pregunten a Sara Shepard que parece moverse por el mundo de los secretos como pez en el agua. Porque, en esta apasionante historia, hay algo que se está despertando en la pequeña localidad de Rosewood y, desde ya os puedo decir, que no va a ser agradable. Para nada.
“Pequeñas Mentirosas”, de actualidad por su adaptación a la pequeña pantalla, se ha convertido en otro gran fenómeno juvenil. El misterio que acompaña a las cuatro protagonistas ha calado hondo entre el público. Pero, como sucede en la mayoría de estos bombazos literarios, esconde en su interior algo más: el despertar sexual en la adolescencia, el deseo de sentirse aceptado mientras se guardan las apariencias, problemas familiares, y saber que las consecuencias de nuestros actos tienen un alto precio. Porque más allá de moralejas, de mensajes para que seamos buenos y nos vayamos a la cama con esa sensación de haber hecho el bien, Sara Shepard nos regala el lado oscuro, el placer de ser malvados, la manzana envenenada que todos quieren morder, y nos enseña que todo esto, puede ser demasiado tentador.
Por eso, recordad lectores, si en estos momentos, alguno de vosotros no está dispuesto a guardar algún secreto, puede que en verdad sea una tumba… porque ya esté en ella. Después no digáis que no os lo advertí.
– S –