Periodismo para dummies, de Marta Gómez-Rodulfo

Tener una vocación es una putada, por mucho que te digan lo contrario. Yo admiro a los que se metieron a una ingeniería “por hacer algo”, al que pensaba estudiar una carrera pero se decantó por un módulo al enterarse de que podría ganar más dinero, al que hasta unos minutos antes de tener que escoger le importaba tres narices la especialidad médica a la que dedicar el resto de sus años de trabajo. Lo verdaderamente complicado y frustrante es tener un oficio entre ceja y ceja desde mucho antes de poder dedicarte a él. Porque, si todo va bien, acabas ejerciéndolo sin darle importancia a aspectos tan insignificantes como el sueldo o el número de horas que te permite descansar. Y si no, si no hay suerte y te ves forzado a optar por otro menester, algo muy habitual en el caso del periodismo, no consigues quitarte tu dichosa vocación de la cabeza por muy a gusto que te encuentres.

Periodismo para dummies va dirigido a todos aquellos que sienten la necesidad imperiosa de informar, independientemente de la situación en la que se encuentren en estos momentos. Y es que Marta Gómez-Rodulfo, su autora, se esfuerza por aportar material de interés para todo tipo de lectores potenciales, desde el chaval que está planteándose si le merece la pena estudiar la carrera hasta el profesional que, cansado de sus escasas oportunidades laborales, valora dejar de trabajar para otros y empezar a ser su propio jefe. No en vano, este libro es en sí mismo un notable ejercicio periodístico, que sabe de las fuentes de las que beber para sintetizar todo lo que rodea a esta noble profesión. Entre esas fuentes está la propia experiencia de la autora; freelance desde hace años en México, Gómez-Rodulfo dedica una buena parte del libro a ofrecer esta alternativa a los futuros compañeros. De hecho, toda la segunda mitad del libro está enfocada a esa difícil cuestión de qué hacer una vez que ya tienes el título de graduado en Periodismo en tus manos. Y es de agradecer que la autora no se dedique a vender cuentos de hadas; aunque propone soluciones mantiene los pies en la tierra y no evita comentar lo que todos sabemos: que hoy en día resulta muy difícil entrar a trabajar en un medio de comunicación tradicional y mucho más aún cobrar por tu trabajo.

El trato de la autora con el lector es además muy personal: te habla de tú a tú, te señala los puntos más relevantes de cada una de sus explicaciones, te aconseja ejercicios para poner en práctica los conocimientos y te invita a profundizar, cuando lo ve necesario, en los mismos. De hecho, da pinceladas mucho más gruesas e interesantes de las que esperaba a priori, en torno a muchos de los temas. Y, sobre todo, carga sus explicaciones de actualidad: los atentados terroristas de Barcelona de 2017, la irrupción de Donald Trump y su gusto por las fake news y la peligrosidad de ejercer el periodismo en algunos países son algunos de los asuntos que emplea para contextualizar sus enseñanzas.

Nos encontramos, por tanto, ante un libro que cumple a la perfección con dos cometidos: en primer lugar, el de presentar la profesión desde todos los prismas, tanto desde la subjetividad apasionada del que la adora como desde la cruel objetividad del que ha tenido que trabajar mucho para poder vivir de ella; por otro lado, el de animar a los que, después de conocer lo anterior, aún se vean con ganas de luchar por formar parte de ella. Y es que, como decía al principio, tener una vocación es una auténtica putada. Pero hay pocas cosas más fuertes que ella.