¡Scooby-Doo! ¿Dónde estás? Grita esto entonando la adolescente voz de Shaggy y ponle música surfera —los Beach Boys siempre son un acierto— y de golpe retrocedemos en el tiempo a esas fabulosas tardes cuando pasaban por televisión los episodios de Scooby-Doo. La serie de Hanna-Barbera se estrenó en la televisión americana CBS allá por 1969. Su estética hippie y cortinillas psicodélicas sugieren que surgió fruto del verano del amor. La serie de dibujos animados trataba de las aventuras de un grupo de adolescentes, Fred, Daphne, Vilma, Shaggy y su glotón y asustadizo perro Scooby que, a bordo de su furgoneta hippie, la Máquina del misterio, recorrían diversos lugares desenmascarando misterios relacionados con fantasmas y fenómenos paranormales. La serie fue la leche. No sé muy bien cuándo llegó a España, pero sí recuerdo la de tardes que pasaba mientras comía, justo antes de tener que volver al cole para dar las pesadas y últimas horas de clase, viéndola con mi hermano pequeño. El tono era más bien ingenuo y ligero, pero molaba mogollón. Las ocurrencias que tenían para resolver los misterios eran muy entretenidas y divertidas aunque los desenlaces se resolvían todos del mismo modo; los malos se ocultaban tras un disfraz cuya careta les quitaban al final.
Su éxito fue enorme consiguiendo que al poco tiempo de su estreno en la tele se realizara una serie de cómics basados en las aventuras de la banda del misterio. Y no solo eso, también participaban en ella personajes de otras series americanas que aparecían realizando cameos junto al grupo de Scooby. Entre ellos, no podía ser de otra manera, los héroes por excelencia, el Dúo Dinámico formado por Batman y Robin. Sí, eran los años locos de los setenta, los de la estética y temática más boy scout. Aquellos en los que Batman resolvía los crímenes a plena luz del día y de forma amable, pero no por ello menos interesantes y válidos que los de temática más adulta u oscura, por no decir decadente, de años posteriores. La unión de la banda de Shaggy, Scooby y compañía compartieron un divertido episodio en la serie animada con Batman y Robin para luchar contra el Joker. Ahora, en pleno siglo XXI, surge ¡Scooby Doo! Y sus amigos 1, una nueva serie de cómics de DC que hereda el ingenuo y amable tono de la serie animada de Scooby-Doo junto a los personajes de Gotham. El respeto por los dibujos de la tele es máximo. Es más, es imposible no poner las voces a los personajes, imaginar la canción de cabecera y poner entre medias esas divertidas y añejas cortinillas llenas de psicodelia setentera.
Esto se lo debemos agradecer a Sholly Fisch que escribe las historietas enfocadas al público infantil (también a los adultos que añoran aquella época) y al dibujante argentino Dario Brizuela, que con su trazo limpio y expresivo dota a las viñetas de una simpleza narrativa que evoca al programa de televisión. Creo que este regreso al mundo de Scooby-Doo no podía tener mejor equipo creativo.
En este primer número nos encontramos a la banda del misterio que han sido reclamados para resolver el misterio que existe por los rumores de un peligroso hombre murciélago que atormenta a los ciudadanos. Tratándose de murciélagos, quien mejor para ayudarles que Batman junto a su compañero Robin. Unidos intentarán detener al terrible Manbat, conocido personaje de Gotham. Los tics de la personalidad asustadiza de Shaggy y Scooby, la valentía de Daphne y Fredd y el ingenio de Vilma están fielmente retratados. ¡Scooby-Doo! Y sus amigos 1 es una de las apuestas más interesantes que ha editado ECC para los niños y niñas que quieren adentrarse en el fascinante mundo de los cómics y por un precio muy reducido para este inicio: un euro. Yo he disfrutado mucho de este cómic y será una de las series que sin duda continuaré leyendo.