Reseña del libro “Semihumana”, de Jennifer L. Armentrout
Recuerdo perfectamente lo que escribí en el segundo párrafo de mi reseña de Una corona de huesos dorados. ¿Sabéis por qué? Muy sencillo. Lo recuerdo porque he tenido un déjà vu al empezar la reseña del libro que hoy os traigo, y me he dicho “¡Vaya! Esto ya lo he dicho en Una corona de huesos dorados“. Y ¡no me extraña! Debo comenzar esta reseña así porque Jennifer L. Armentrout lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a superarse y este segundo libro del que os voy a hablar ha mejorado con respecto al primero de esta trilogía —y eso que el primero fue brutal—. Lo mismo pasó con Un reino de carne y fuego y Una corona de huesos dorados, que superaron a De sangre y cenizas a pesar de ese primer tomo ser una obra maestra. Pero es que es marca de la casa, y la Jenny te sorprende siempre para bien. Cuando parece que ya es imposible que algo mejore y que ella se supere… ¡zas!
En fin, que hoy vengo a hablaros de Semihumana, la segunda parte de Cazadora de hadas. Y, ¡menuda segunda parte! De verdad que no hay libro de esta mujer que no me guste. Si ya en el primer volumen conocimos a Ivy y todo en lo que anda metida —la Orden, faes crueles y asesinos, nuestro querido Tink, el pedazo de crush de Ren Owens, una Nueva Orleans oscura y de lo mejor—, ahora en este tomo continuamos donde acabó el primero, pero poco puedo decir porque no quiero destriparos nada. Solo diré que Ivy nos ha demostrado que es una gran luchadora, una superviviente que ha sufrido y sigue sufriendo, que ha estado a punto de morir a manos del príncipe de los faes, que ha sido traicionada y debe guardar un secreto de importancia vital. Ni la Orden ni el mismísimo Ren, por mucha pasión que hayan derrochado juntos, pueden conocer el secreto o todo se vendrá abajo.
Secretos y más secretos. ¿Qué serían nuestras historias favoritas sin ellos? Los secretos dan vida a la trama, nos empujan a seguir leyendo, a desear que se destapen y al mismo tiempo a rezar para que no se descubran. Los secretos hacen que nos mordamos las uñas, disparan nuestra adrenalina y consiguen que, como lectores, nos sintamos especiales por estar al tanto de ellos.
Pero los secretos son un peligro. Los secretos pueden provocar la muerte de nuestro personaje favorito incluso. Y en el caso de nuestra protagonista Ivy pueden no solo ponerla en peligro a ella misma, sino también al resto de la humanidad. ¡Vaya responsabilidad guardar un secreto o estar en posesión de él!
En este segundo volumen, como veis, debido a un gran secreto, la tensión se corta con un cuchillo y la adrenalina se dispara. Encontramos más acción y más misterio que en el anterior, y la autora se centra menos en el romance, que fue el eje central del primer tomo. Además, en esta continuación se nos permite disfrutar más del worldbuilding, ya que se indaga más en los faes y en cómo funciona su jerarquía y su sociedad. De este modo, Jennifer L. Armentrout consigue que nos sumerjamos más aun si cabe en la historia que nos presenta.
Una historia más compleja que destaca no sólo por la trama de fantasía teñida de misterio, sino también y principalmente por sus personajes, que conquistan el corazón del lector. Ivy es magnífica, una joven luchadora, como ya he dicho, que mantiene la esencia del primer libro pero que lleva a cabo una evolución visceral que nos sorprende y que llegamos a admirar.
Y por otro lado tenemos a Ren, que continúa siendo el crush. Pero quizás lo que más he disfrutado aquí es cómo debe afrontar las responsabilidades y cómo debe replantearse muchas cosas que implican a Ivy, con la que tiene una relación que enamora al lector. Una relación que sigue creciendo, evolucionando y madurando.
¡Ay, Jenny, cómo nos haces sufrir! El don de esta mujer para crear y desarrollar historias potentes con personajes aún más creíbles y reales en entornos de fantasía es impresionante.
Así que poco más puedo decir, solo que tanto si amáis la prosa y las historias de Jennifer L. Armentrout como si no, no podéis perderos esta trilogía de fantasía urbana, que comenzó con Cazadora de hadas y continúa con Semihumana, una segunda parte que, aunque parezca imposible, supera a la primera. Una continuación cargada de magia y fantasía cuya tercera y última parte ya está en mi poder, por lo que no tardaré en traeros su reseña.