En casi todas las novelas que leo siempre me encuentro a un bueno y a un malo. Siempre hay alguien despreciable que ha hecho que el lector no quiera saber nada de él. Y siempre hay un héroe que, en muchas ocasiones, también ha sido víctima. El lector quiere que el bueno gane y que el malo desaparezca del mapa. Las cosas son así.
Pero si analizamos un poco la vida real, pronto nos daremos cuenta de que es muy complicado hablar de buenos y de malos. Una de las primeras cosas que me enseñaron en la carrera de Derecho es que todo el mundo se merece una defensa y que cualquiera, incluso yo, podría sentarse un día en un banquillo. Ahí es donde entra la mente humana: los problemas que uno mismo tiene, los demonios con lo que debe luchar día a día, los traumas, las inseguridades, los bloqueos. La mente es así, misteriosa y llena de recovecos que pueden hacer que nuestra vida cambie de un día para otro.
Los protagonistas del libro del que vengo a hablaros hoy, Sin ti yo sí, de Montse Rovira, son personas cuyas mente están llenas de estos recovecos. Como bien dice la autora en la sinopsis, no son personajes reales, pero sí que están basados en historias verídicas. Lo que todavía te da más sensación de vértigo en el estómago al leerlo, porque sabes que esas cosas pasan, que de ficción tienen poco.
En este libro encontramos a tres personas distintas con vivencias diferentes. Cada uno de ellos tiene una personalidad y un entorno que le hace ver la vida de una forma determinada. Todosellos se van a enfrentar a sus demonios, por decirlo de alguna manera. Me ha gustado especialmente el primer relato, que habla de un hombre que se ha separado de su pareja hace un tiempo. Después de varios meses se van a reencontrar. En este relato conocemos los pensamientos de ese hombre mientras se prepara para la que podría ser la cita de su vida, todo ello teniendo de fondo las canciones de Fito y Fitipaldis que la autora no duda en transcribir en algunas ocasiones (qué os voy a decir, yo fan de Fito al cien por cien, así que esto me ganó a la primera). Encontramos en esta historia muchas frases que el protagonista se va diciendo a sí mismo, muchas de ellas directamente relacionadas con la psicología y que él va sopesando y teniendo en cuenta para enfrentarse de la mejor manera posible a esa cita. Esa preparación, esos momentos de inquietud en los que tu mente decide ir por libre y ponerse a imaginar un futuro idílico, los hemos vivido todos. ¿Quién no ha acudido a una cita, a una entrevista, a un lo que sea y no se ha hecho una idea en su cabeza de todas las posibilidades?
Esa es la magia de este libro de Montse Rovira, que consigue que el lector comprenda perfectamente a los protagonistas. Porque no hace falta que uno haya ido al psicólogo (en mi caso, y en voz bien alta digo, si no hubiera tenido el apoyo de un profesional en un momento clave de mi pasado, ahora mismo mi vida no sería la que es), para darse cuenta de que la mente humana es todo un misterio. Que nuestro cerebro a veces funciona como si no formara parte de nosotros y nos alborota todos los planes. Por eso digo que este libro tiene esa magia, porque es muy probable que todo aquel lector que se enfrente a él se encuentre rápidamente en alguno de los tres relatos.
Me ha gustado especialmente el punto en común que tienen estas tres historias: la trectulia, un término inventado por la propia autora y que ella, como psicóloga, pone en marcha en sus sesiones. Consiste en tratar temas actuales o de interés general desde un punto de vista psicológico. Y es el punto en común de los tres protagonistas porque los tres acuden a una reunión de ese tipo y eso les lleva a hacer deducciones que son imprescindibles para el buen entendimiento de cada relato.
En cuanto a la narración, Montse utiliza un lenguaje claro, utilizando, dependiendo de la historia, la tercera o la primera persona. Creo que siempre es más fácil identificarse con las narraciones contadas en primera persona, pero ella consigue perfectamente esa cercanía en ambos casos. Como dije antes, las letras de Fito aparecían en el primer relato, pero no se queda ahí la cosa, ya que la autora recurre también a las letras de otros cantantes para intercalarlas en la historia y darle un sentido más cerrado. Y no solo eso, sino que también utiliza frases que tienen un cariz psicológico que hacen mella directa en quien los lee.
No soy muy dada a leer este tipo de libros que podríamos llegar a considerar de autoayuda, aunque como digo, se desarrolle a través de la historia de tres personajes, y cuando lo hago siempre termino bastante satisfecha. Porque siempre leo para viajar y para descubrir mundos nuevos y se me olvida que a veces también es bueno hacer un viaje dentro de uno mismo para descubrir lo que hay ahí dentro. Sin ti yo sí sirve para eso: para hacer un viaje interior y conocerse un poquito más. Para identificarse y conocerse. Y eso es algo súper importante.
En definitiva, es un libro que disfrutarás si te gustan las historias de autoayuda, si estás en un momento de tu vida en el que necesitas encontrarte un poco a ti mismo o si, simplemente, te apetece aprender un poquito de psicología a través de las palabras de una profesional y de tres historias entretenidas y profundas.
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