Sirena, de Carolyn Turgeon
Los cuentos cambian con el tiempo. Nos hacemos mayores y ya no recordamos la historia de la misma forma, añadiéndole pequeños detalles que da una entidad personal a algo que antes había sido universal. Quizá por eso lo que leemos sea más importante que otra cosa. Porque en ello ponemos nuestro pequeño toque de imaginación y siempre creamos nuevas historias que, a lo largo de generaciones, se convierten en otra cosa, no mejor ni peor, sino completamente diferente. Hace años que yo descubrí el cuento de la sirenita, y hace años que lo recuerdo con especial cariño, así que ante una nueva versión, esta vez adulta, de aquella historia que me hizo sentir el sabor a mar, la fuerza de las escamas, y el amor en todos sus significados, no pude por menos que empezar a devorar un relato en el que sólo hay una cosa que está clara: los sueños pueden hacernos caer en el abismo o alzarnos a la cima. “Sirena” es un canto a amar, a ser amado, a buscar en los lugares más recónditos lo que se ha perdido, pero por encima de todo, es una lectura apasionante sobre uno de esos cuentos que, como las olas del mar, te acercan y alejan de la infancia, como si el destino quisiera jugar con nosotros.
Una historia de amor. Dos mujeres que se enamoran del mismo hombre. Una, una criatura del mar que dejará su mundo para vivir en la superficie a un alto coste. Otra, su mayor enemiga. Una historia de amor a tres bandas en la que las lágrimas serán parte del mar y el sentimiento permanecerá en sus almas, para toda la vida.
Últimamente, cuando un libro me llama la atención, es como si se me metiera en la cabeza un pequeño pájaro y no dejara de decirme “hazte con él, hazte con él, hazte con él” en un canto diario que al final acaba por martillearme la cabeza. En el caso de este libro de Carolyn Turgeon hubo varias razones por las que hice caso a ese pájaro imaginario. La primera, la historia ya me era conocida, pero vista desde una perspectiva diferente, y a mí eso me encanta, porque todo lo que sea innovación en los relatos me suele parecer acertado. La segunda, esa portada. Decidme si no es estimulante sólo ver esa mujer debajo del agua buscando la superficie. La tercera, la recomendación fervorosa y casi rayando la amenaza de una de las personas que más aprecio en esta vida, porque sabe perfectamente que libros me pueden gustar. ¿El resultado? Un viaje mágico y lleno de peligros, con unos personajes que se mueven entre la realidad y la ficción de una forma asombrosa, y un mundo en el que el amor supera las barreras del sonido, supera todos aquellos obstáculos para conseguir hacerse ver. No todas las historias clásicas de amor nos llegan a lo más hondo, quizá sea ese el problema de que sea el sentimiento más universal, porque nadie ha conseguido transmitirlo de la forma adecuada, pero quizás este libro se le parezca más de lo que yo creía. Porque “Sirena” es al amor lo que un polo opuesto a otro: una atracción sin medida y una aventura digna de ser contada.
Vivimos en un mundo falto de amor. O quizá este comentario sea sólo el de una persona negativa que encuentra lo que ha buscado mucho tiempo en las palabras encadenadas de un libro. Pero lo que sí es de agradecer es que Carolyn Turgeon haya sabido entremezclar una historia de aventuras con un romance de los clásicos, sin que desentone en ningún momento los pequeños detalles que son los que hacen importante que un relato fluya adecuadamente y que nos haga mirar el reloj y pensar que se ha pasado el tiempo demasiado rápido para todo lo que queríamos leer. Sólo por eso ya merece la pena leer “Sirena” con los cinco sentidos abiertos en canal, sin contaminación de por medio, sintiendo en nuestras carnes cómo una criatura marina es capaz de amar sin más condiciones que sentir que el amor es lo que la llena, cómo una mujer se enfrenta a su destino por el simple hecho de retener en su memoria una mirada y un beso casto en la mano, y de cómo un príncipe debe elegir entre el amor verdadero o el amor al servicio de toda una población. El amor, ese gran sentimiento que a todos une, pero también separa. Será él y no otro el que nos haga entender, de una vez por todas, que hay historias que siempre nos serán contadas, y que siempre nos gustarán, porque con el paso del tiempo, revivimos aquello que nos hizo sentir, de pequeños, unos personajes que formaron parte de nosotros, y que lo harán, para siempre.
Muy buena reseña, definitivamente este libro entra en mi lista de próximos para este mes.
Gracias Luis, me encanta que te haya gustado la reseña.
La verdad es que el libro me ha sorprendido. No lo conocía apenas (salvo que trataba de una historia cien veces contada), pero la visión de la autora me ha gustado mucho y es uno de esos libros que después te dejan con ganas de más.
Un saludo!
Me gustó bastante la versión del cuento, diferente a lo que tenemos ya visto (aún sabiendo más o menos por dónde iban los tiros).
Hay un par de escenas que me encantaron =)
Besotes